El antes y el después de las carteras tras el COVID-19

Desayuno AllianceBernstein T1
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La crisis económica y sanitaria provocada por el COVID-19 asoló los mercados financieros entre finales de febrero y mediados de marzo. Nunca antes en la historia se había visto tanta destrucción de valor en tan solo tres semanas. La virulencia del impacto obligó a los bancos centrales y gobiernos a sacar la artillería pesada, una respuesta rápida y ágil, tampoco nunca vista, que ha detenido la hemorragia, al menos de momento. Ya con algo de perspectiva, selectores de fondos reflexionan sobre lo ocurrido y narran cómo han reaccionado y cómo han cambiado las carteras en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por AllianceBernstein.

Las brutales caídas de los mercados han golpeado las carteras, pero el impacto varía dependiendo de la composición previa de las mismas, de cómo les haya pillado esta súbita crisis. “Terminamos 2019 siendo más cautos. Quizá en su momento no fue la mejor decisión porque nos hemos perdido parte de la subida, sobre todo a finales del año pasado, pero ese posicionamiento lo mantuvimos este año, y esa cierta cautela con la que veníamos, más por motivos de valoración por fase avanzada del ciclo que porque previéramos una debacle tan enorme, nos ha venido bien”, cuenta Patricia Justo, directora de Selección de Fondos en A&G.

Tras la hecatombe, y el también agresivo rebote de los mercados, no han hecho cambios relevantes, pero sí ajustes. Según explica, en las carteras en las que el posicionamiento era más prudente han aprovechado las caídas para incrementar un poco el riesgo. Y donde han acertado con el timing, “estamos volviendo a posicionarnos un poco más cautos porque prevemos más caídas en el mercado y preferimos ir haciendo caja o amarrando rentabilidades donde hemos conseguido coger bien el movimiento”. Por tipo de activos, explica que en renta fija el conservadurismo era máximo, “pero ahora pensamos que tanto en deuda subordinada bancaria como en determinados tramos de high yield y titulizaciones puede haber oportunidades. Ahí sí que estamos empezando a entrar en carteras en las que no teníamos prácticamente nada”. En renta variable, considera que es momento de apostar por empresas grandes, de mucha calidad, muy solventes, con balances que sean capaces de aguantar este tipo de reveses en el mercado; y por los sectores menos perjudicados por la crisis que va a provocar el distanciamiento social.  

Una visión similar comparte Marta Campello, socia y gestora en Abante Asesores. En renta fija se muestra cauta, “aunque el mercado de crédito está mejorando gracias a las actuaciones de los bancos centrales, hemos visto tensiones importantes en la renta fija porque los inversores temían los problemas de liquidez y había miedo a que se pudieran producir quiebras de empresas”, por eso, “hacer un buen análisis de crédito es fundamental”, dado que todavía podemos ver ciertas tensiones en algún momento. Dicho esto, empiezan a ser un poco constructivos en renta fija y han añadido a las carteras crédito y deuda subordinada bancaria porque, según explica, “los bancos en esta crisis no van a ser parte del problema sino de la solución”.

En equity lo que han estado haciendo es pasar parte de renta variable europea a renta variable americana, por lo que “ahora somos bastante más parecidos al índice mundial a lo que lo éramos antes de esta crisis”. Esta decisión responde a dos razones. En primer lugar, “porque en Estados Unidos van a ser más flexibles a la hora de salir de la crisis. Es más fácil implementar las soluciones en un país que tiene un único gobierno y una reserva federal que en Europa, donde hay muchos jefes de gobierno que tienen que llegar a acuerdos”. Además, destaca que el Viejo Continente tiene un mix de empresas menos tecnológicas y dinámicas que EE.UU. Comenta también que “si se mantiene la volatilidad o el confinamiento se tiene que alargar o si hay una segunda oleada de la pandemia, entonces estar en calidad tiene sentido”. En este escenario, “la diversificación es importantísima”.

En atl Capital también han hecho ajustes. Marta Díaz-Bajo, socia y directora de Análisis de Fondos, distingue por perfiles de riesgo. “En el más conservador entramos en el momento justo en renta fija corporativa de alta calidad de la zona euro; y en las carteras mixtas en deuda subordinada bancaria”. En el caso de las carteras para inversores con elevada tolerancia al riesgo, compramos un fondo que invierte mayoritariamente en AT1 de grandes bancos bien capitalizados, pero reconoce que ahora, tras una fuerte recuperación y con el riesgo de que pudieran dejar de pagar algún cupón, la oportunidad ya no es tan clara.

Insiste en la importancia de la gestión activa, sobre todo en el caso de la renta fija, y reconoce que la actual situación hace muy difícil el trabajo de gestores y selectores porque es muy complicado reposicionar carteras de fondos de forma ágil mientras en el mercado se mueven los precios de forma extraordinaria. Además, considera que es muy difícil hacer timing en estas circunstancias: “Con esta volatilidad hay que ser muy valiente para ponerse a cambiar la cartera de forma radical. Hay que pensárselo”. Añade que "en renta variable nosotros ya estábamos bastante globalizados, ahora estamos primando sectores con crecimientos de beneficios que se pueden ver menos afectados".

Miguel Luzárraga, country head de AllianceBernstein, coincide en la importancia de la gestión activa y en la de buscar calidad y solvencia en las empresas. “Buscamos, sobre todo, balances saneados, calidad con beneficios estables y continuados en el largo plazo y con una fuente de flujos de caja constante en las compañías que escogemos en renta variable. También intentamos que las firmas que compramos para nuestras carteras tengan un nivel de deuda ínfimo, por no decir cero”.

En renta fija considera que activos como la deuda subordinada han subido bastante, “y creo que ahora hay que replantearse y volver a la estandarización, a algo más neutral”. Además, comenta que en este ámbito de la renta fija los gestores de la entidad cuentan con un asistente personal, que se llama ABBIE, que aprende de lo que hacen los gestores: “Ha acumulado durante los últimos siete años datos todos los días, a razón de cinco millones diarios. Básicamente busca estudiar el comportamiento del mercado, y lo hemos utilizado en esta crisis, algo que no pudimos hacer en 2008 porque no contábamos con esta herramienta. Con esta ayuda hemos conseguido que nuestras carteras, nuestro perfil de riesgo, nuestros objetivos en la parte de renta fija no hayan variado, no hemos tenido problemas de iliquidez en las carteras”.