El consejero delegado cree que este proyecto saldría de la fusión de dos o más entidades, impulsadas por un tercero.
En banca privada hay mucho ego y falta generosidad. Si no la hubiera, considera Jorge Sanz, consejero delegado de atl Capital, probablemente ya se habría creado un gran proyecto independiente, algo que no se ve desde AB Asesores o, incluso, Banif.
Sin embargo, Sanz espera que esto ocurra por fin en 2017. De darse, surgiría de la fusión de dos o más entidades, aunque para que esto surja, reconoce Sanz, sería un tercero quien tendría que impulsarlo. “El día que alguien sea capaz de crearlo, se va a convertir en líder”, determina.
Sanz piensa que este año va a ser muy movido en el sector de banca privada, algo que ya se ha empezado a dar en el mundo de la gestión. Como ejemplo ha citado a Cobas AM y azValor AM, “dos hijos de mucha calidad que han salido de Bestinver”.
Respecto a la entidad que lidera, su expectativa para este año que acaba de comenzar es crecer un 15%, lo que significaría alcanzar los 1.550 millones de euros de activos bajo gestión y asesoramiento. A finales de 2015, este patrimonio se situó en los 1.350 millones, un 4% más interanualmente.
En cuanto a empleados y clientes, después de haber incrementado en 2016 el número en un 14% en sendos casos, el objetivo para el cierre de 2017 es tener más de 100 profesionales en plantilla y 2.450 clientes, frente a los 87 y 2.100 actuales, respectivamente.
El objetivo de la firma, recuerdan, no son clientes de 100 millones, sino los clientes afluent, aquellos con un patrimonio entre los 300.000 y 3 millones. A unos y otros presenta su visión macroeconómica y de mercados para este año, en donde confían que lo harán mejor en su categoría la renta variable y el high yield europeo, a nivel general.
Para ello se basan en una aceleración del crecimiento, tal y como adelantan los PMI. Asimismo, este año estará marcado por la vuelta de la inflación, que vuelve a ser un tema de debate. “No es preocupante, la subyacente se mantiene bajo control”, determina Ignacio Cantos, quien añade que esta será la medida que determinará una subida de tipos más rápida en EE.UU. “No me extrañaría tres subidas si se dispara la inflación”, destaca.
High yield
En cuanto a la renta fija, muy marcado por la evolución de los tipos de interés, Félix López cree que enero puede ser un ejemplo claro de lo que se puede esperar este año. “Es un escenario nuevo. Lo que siempre ha actuado como colchón, el cupón, no hay”, apunta. Desde su punto de vista, o hay gestión flexible, o habrá perdidas considerables en la gestión tradicional de la renta fija.
Según López, el único mercado donde podrán obtener algo de rentabilidad será en el high yield. “Aunque las rentabilidades son ajustadas, el momentum económico es positivo”, resalta.
Se muestra cauto ante la renta fija emergente, de la que subraya su atractivo en moneda local. No obstante, piensa que los riesgos geopolíticos tendrán impacto en el activo. Por ello, considera mejor esperar a que se generen oportunidades a medio plazo. “Habrá que estar preparados para entrar y aguantar la volatilidad”, señala.
Renta variable
En bolsa, Mario Lafuente comenta que los beneficios empresariales crecerán tanto en EE.UU. como en Europa en torno al 12%. Sin embargo, prestarán atención a las ajustadas valoraciones del mercado norteamericano. Apuestan por Europa, pero para que lo haga bien frente a EE.UU., cree que los bancos tienen que hacerlo mejor que la tecnología. “Aunque el mercado italiano todavía nos puede dar alguna sorpresa, el sector está reaccionando bien incluso sin buenas noticias”, puntualiza.
Finalmente, aunque no hacen apuestas estratégicas en divisas, apuntan que, después del rally del dólar, la tendencia podría cambiar. Además, “cualquier política proteccionista no suele ser buena para una moneda”, añade. En definitiva, resumen, “un excesivo proteccionismo podría suponer una devaluación del dólar a medio plazo”.
Les preocupa la actitud que tomen Japón y China, grande tenedores de la deuda americana, ante las medidas de Trump y que se inicie una guerra comercial. En cuanto a la libra: “cuanto menos, mejor. Su volatilidad es comparable a la de un país emergente”.