Ganan peso en las carteras de los gestoras para los próximos meses, ante la dificultad de arañar rentabilidad con los activos tradicionales. Los expertos de Banca Privada explican qué porcentaje deben ocupar en el porfolio.
Este tipo de inversiones ganan peso en las carteras de los gestoras para los próximos meses, ante la dificultad de arañar rentabilidad con los activos tradicionales. Ahora bien, dentro de esta denominación se escogen estrategias muy distintas con variedad de subyacentes, plazos, liquidez, volatilidad, riesgo, etc: infraestructuras, sector inmobiliario, private equity, hedge funds... El consenso es que hay que destinar una parte de la cartera a ellos pero, ¿cuánto aconsejan los expertos?
Eduardo Martín-Quero, director de producto, Andbank España
No hay regla de oro que determine un porcentaje máximo de estas inversiones en cartera. Ahora bien, por su naturaleza ilíquida y habitualmente horizontes de inversión largos de las mismas, es conveniente entender bien esta característica y establecer un límite razonable para tener una cartera equilibrada. Las carteras de mayor tamaño pueden soportar la iliquidez mejor que carteras menores y, sin embargo, estas inversiones tienen un encaje más complicado en carteras inferiores a dos millones de euros.
Numerosos estudios y encuestas fijan este límite entre un 5% y un 15% de la cartera bien diversificadas. También importan mucho la aversión a la liquidez de la inversión y las necesidades de tesorería del inversor.
Evidentemente, el perfil de riesgo también es importante, pero no es lo fundamental dado que existen inversiones alternativas aptas para todos los perfiles de riesgo siempre y cuando la aversión/aceptación de la iliquidez del inversor y el tamaño de la cartera sean las adecuadas.
Íñigo Gallastegui, director de Productos y Asesoramiento, Santander Prívate Banking
Tenemos que tener en cuenta que en la mayoría de los casos se tratan de estrategias ilíquidas a largo plazo. Establecemos los siguientes porcentajes en función de la cartera: conservadora 5%, moderada 10% y agresiva 15%.
Carlos Llaca, director de desarrollo de negocio, atl Capital
Nosotros consideramos que este tipo de inversiones deben representar una pequeña parte de las carteras, siempre en función del perfil de riesgo del inversor si así lo asume, y haciéndole comprender muy bien de que se tratan y lo que hacen. Dependiendo del patrimonio del cliente y su nivel de cualificación financiera, un 5% como límite por fondo o línea, diversificando varias estrategias a la vez. En muchos casos, entran como elementos de descorrelación, pero la realidad es que no han ejercido esa cobertura, además, sin haber una certeza clara de que lo vayan a cumplir.
Raquel Blázquez Alonso, jefa de Inversiones de Banca Privada, Ibercaja
Depende de muchos factores, no sólo del perfil de riesgo de la cartera, sino del horizonte temporal, tipo de inversor, tipo de mandato… Pero en términos generales y centrándonos en estrategias líquidas de gestión alternativa, nos podríamos mover en el rango del 5-15% aproximadamente para los perfiles comentados.
Miguel Macho, director de Inversiones, CA-Indosuez Wealth Management España
Considerando este entorno de desaceleración económica para los próximos ejercicios y de rentabilidades muy reducidas para las inversiones de renta fija, pensamos que las inversiones alternativas deben tener entre un 15% y un 20% de cualquier perfil de inversión gracias a su efecto descorrelacionador y diversificador.
Ramón Senosiain, responsable de consultoría de inversiones y producto, Credit Suisse
Pese a que existe un apetito muy importante por este tipo de inversiones, sigue existiendo un porcentaje muy alto de inversores con escasa o nula exposición a este tipo de activos. En todo caso, por la naturaleza especial de estos activos, en Credit Suisse analizamos otros aspectos adicionales al esquema tradicional de asignación de activos, como puede ser restricciones de liquidez, componente temporal de la cartera de inversiones de los clientes y conocimiento por el cliente de los mercados privados. Y es que, en general, el contexto del patrimonio de los clientes es el que marca la asignación de los activos.
Puy Carazo, directora de Asesoramiento, Deutsche Bank Wealth Management
Los pesos varían de una cartera a otra según las circunstancias del cliente y del momento en concreto, pero por dejar una referencia, en una cartera de riesgo moderado, que podríamos situar en un 40% de renta variable, la asignación a alternativos, sería del 5%.
Jorge Lovaco, director General de Estrategia Corporativa, A&G
Al hablar de alternativas se pueden incluir inversiones y activos tan diferentes que resulta difícil generalizar conclusiones en términos de porcentajes sobre el total de la cartera. Como decía antes, en nuestra casa en estos momentos podemos hablar de un 15% en el cliente interesado en este tipo de producto, que creemos que es un porcentaje razonable. Algunas carteras concretas más agresivas sí pueden tener porcentajes que superen el 20% pero no es lo normal.
Joaquín Casasús, socio y director general, Abante Asesores
Existen inversiones alternativas muy conservadoras y otras muy agresivas. Su peso en una cartera debe depender, además de del perfil de riesgo, de otros factores como el plazo y el importe de la inversión. Es necesario hacer un análisis en cada caso.
Equipo de Banca Privada, BBVA
Uno de los principales objetivos de nuestros clientes es preservar su patrimonio. Para ello, construimos carteras diversificadas que pretenden reducir el riesgo al invertir en activos que tienen comportamientos diferentes ante movimientos de los mercados, buscando rentabilidades consistentes y menos volátiles en un horizonte a medio y largo plazo, como lo venimos demostrando año tras año.
El peso de las inversiones alternativas depende claramente del perfil de riesgo del cliente, que debería estar en un rango del 5 al 10% de la cartera para los perfiles moderados o de riesgo alto y muy alto, siempre y cuando así lo determinen las evaluaciones de idoneidad de cada cliente. Y esto sobre todo en el caso de inversiones ilíquidas. Si hablamos de vehículos UCIT, que ofrecen liquidez y baja volatilidad, sería recomendable en todas las carteras por su efecto positivo en las mismas.
También depende mucho del tipo de cliente: en carteras de family office por ejemplo, la gestión alternativa representa, de media, casi el 40%, sobre todo dado el prolongado entorno de tipos de interés bajos y mercados volátiles como los actuales. Estudios del sector destacan la tendencia de las carteras europeas a favorecer este tipo de inversiones, que pueden llegar a pesar hasta un 22% de media.
Gonzalo Murcia, director de Asesoramiento de BNP Paribas Wealth Management
En primer lugar, hay que tener en cuenta que no todas las estrategias anteriormente descritas son adecuadas para todos los clientes, tanto por temas de conveniencia como de idoneidad. Por ejemplo, las soluciones de private equity que ofrecemos, de acuerdo con la directiva AIFMD, solo son adecuadas para clientes profesionales.
Por otra parte, es necesario realizar un análisis de las necesidades futuras de liquidez y de la exposición directa que tiene cada cliente a activos reales, para adaptar en consecuencia la exposición a este tipo de estrategias.
Por ello, es difícil generalizar, pero simplificando podríamos decir que no recomendamos una exposición en inversiones alternativas superior al 30%, que podría estar distribuido en un 10%-15% en private equity, 5% en newcits, 5% en materias primas y 5% en Real Estate cotizado.