En un contexto en el que los tipos de interés parecen haber tocado techo, las gestoras observan oportunidades en el mercado de renta fija, pero ¿en qué activos? Este es su posicionamiento.
¿Será 2024 el año de la renta fija? Qué activos son más atractivos según las 10 grandes gestoras españolas
El 2023 se perfilaba para ser el año de la renta fija y, sin embargo, la oportunidad no ha cristalizado hasta el final. Mirando el 2024, con unas dinámicas de inflación muy distintas a ambos lados del atlántico, que provocan una última milla para el control de la inflación, más complicada en EE.UU. que en Europa, nos lleva a considerar que será el año para la renta fija. Sobreponderamos la renta fija europea, con una mayor duración, frente a la americana: pese a los mensajes oficiales, es más probable que el BCE tenga un entorno económico de elevada debilidad y una inflación menos pegajosa corrigiendo por encima de sus expectativas, que le permitirán bajar tipos, frente a la robustez del crecimiento e inflación complicada de “domar” de EE.UU., que dificultarán sus decisiones monetarias. En este entorno, en la renta fija soberana tomamos un ligero sesgo hacia periferia. Asimismo, el escenario es positivo para el crédito, en un entorno saneado del mundo corporativo, donde nos decantamos hacia la calidad de emisores frente a los de baja calidad que han quedado caros tras los últimos movimientos.
1/10Las perspectivas para renta fija en 2024 indudablemente son muy positivas. Por un lado, estamos en tipos históricamente altos teniendo en cuenta el ciclo inversor actual, lo cual permite volver a una gestión más tradicional basada en el retorno vía TIR de los bonos y, además, añadiendo la posible revalorización por movimiento de tipos a la baja que se reflejaría en el precio de los bonos. Si pensamos en otros factores, hay que tener en cuenta que el mercado ya está descontando futuras bajadas de tipos oficiales (quizás demasiado cercanas en el tiempo), y que el año 2024 será intensivo en cuanto a las necesidades de financiación por parte de tesoros públicos y empresas.
En cuanto a la elección entre deuda pública o privada, dependerá del apetito al riesgo del cliente. Dentro del sector privado, podemos encontrar las mayores oportunidades de retorno y también aquellos activos a evitar. En cualquier caso, tanto en crédito como en deuda soberana siempre recomendamos una gestión respaldada por el conocimiento profundo de estos mercados y las capacidades profesionales de análisis sobre los distintos emisores. En este entorno, teniendo en cuenta el punto de partida de tipos y considerando todos los factores indicados anteriormente, creemos que los fondos de corto plazo siguen siendo una opción muy atractiva para el cliente ahorrador o conservador. Si se quiere incrementar el plazo de la inversión y sacar provecho a más largo plazo del entorno actual de tipos, es recomendable alargar el vencimiento de los bonos e invertir en fondos con duraciones más elevadas y flexibilidad en su universo de activos. Creemos que ambas opciones son válidas y que la renta fija debe ser parte fundamental de cara a la construcción de carteras para el próximo ejercicio.
2/10El punto crucial para los mercados en 2024 será la evidencia de que la inflación está controlada y que los bancos centrales pueden, por tanto, comenzar las bajadas de tipos de interés. Si esto es así, el contexto será el adecuado para que la renta fija tenga buen comportamiento. Los tipos de interés ya han subido de forma considerable, y los inversores se podrán por fin beneficiar de una rentabilidad positiva en forma de intereses y de su bajo riesgo o volatilidad, sobre todo comparada con otros activos.
Dentro de la renta fija, consideramos que es atractiva tanto la de países desarrollados como la de países emergentes. Estos últimos ofrecen una alta rentabilidad y algunos bancos centrales de esta zona ya están inmersos en el ciclo de bajadas de tipos. También el crédito de alta calidad o Investment Grade resulta interesante en términos de rentabilidad/riesgo.
3/10A priori, 2024 es un año claramente de renta fija. Crecimiento e inflación a la baja debería permitir a los Bancos Centrales retirar el pie del acelerador. Además, el rendimiento interno de las carteras se mantiene en niveles elevados, a pesar de la buena evolución durante 2023. El único pero es que, con el rally de noviembre y diciembre, mucho de este escenario está puesto en precio. Los outlooks para el año siguiente cada vez se publican antes y parece que cada vez se ponen en precio antes. Lo lógico en este escenario sería alargar duraciones para 2024, pero habrá que esperar a un momento de mayor duda en el mercado. Por subsectores dentro de la renta fija, preferimos los activos de mayor calidad frente a los de alto rendimiento; sobre todo también, tras el buen comportamiento de estos últimos desde octubre. No obstante, nuestra recomendación para clientes es la de ir diversificando su inversión dentro de la renta fija por clases de activos y vencimientos en los próximos meses, conforme vayan surgiendo oportunidades. El objetivo es asegurar estos niveles de rentabilidad para una buena parte de la cartera para los próximos años.
4/10La rentabilidad que ofrecen los bonos soberanos es en general muy atractiva, lo que hace que previsiblemente el retorno de estos activos sea muy interesante en 2024. En nuestra opinión, las curvas de tipos de interés en EE.UU. y en la Eurozona han tocado probablemente techo en 2023 y esperamos que bajen ligeramente a lo largo del año que viene. Por ello, mantenemos una duración larga en nuestras carteras. También nos parecen atractivos los diferenciales frente a Alemania de países como España e Italia. Adicionalmente, estamos posicionados en renta fija privada, tanto en grado de inversión como en High Yield, que ofrecen un extra de rentabilidad frente a los gobiernos suficientemente grandes como para compensar los efectos de una esperada desaceleración económica. Sin embargo, creemos que hay que ser selectivos a la hora de financiar a empresas que se hayan apalancado mucho en el periodo de tipos bajos y a las que les van a subir mucho la carga de intereses cuanto tengan que refinanciar la deuda a tipos actuales. Por otro lado, como prevemos una bajada de la inflación descontada, estamos reduciendo nuestro posicionamiento en bonos ligados a la inflación.
5/10Las oportunidades que han ofrecido los bonos durante 2023 han sido muy buenas, y eso se va a ver recompensado durante 2024, un año de cambio de ciclo de los bancos centrales después de las fuertes subidas de tipos de intervención de los dos últimos años. La deuda soberana, con expectativas claras de recortes de los tipos de intervención a ambos lados del Atlántico, presenta buenas oportunidades, con un perfil especialmente atractivo en los tramos cortos tanto en Estados Unidos como en la eurozona.
Por otro lado, a pesar de que en 2024 las economías desarrolladas probablemente se desacelerarán, esperamos un repunte modesto de las insolvencias en las empresas de calidad, lo que hace que los bonos con buena calidad crediticia mantengan su atractivo a pesar de su buen comportamiento reciente al ofrecer un exceso de rentabilidad que debería compensar posibles ampliaciones de spread por la ralentización de la economía. Sin embargo, en el segmento high yield somos cautos, especialmente en los tramos largos, dado que estos emisores son más vulnerables al deterioro del ciclo económico y a los tipos de interés elevados. Teniendo en cuenta esto último, y siendo muy selectivos, hay alguna oportunidad en el segmento high yield de corto plazo denominado en euros.
Vemos finalmente como una oportunidad los bonos de emisores de economías emergentes, tanto en hard currency como en divisa local, siempre que se sea selectivo con los emisores.
6/10La renta fija será un elemento crucial en la construcción de las carteras en 2024, aprovechando los actuales niveles de tipos de interés y el efecto positivo de las probables bajadas de tipos a lo largo del año tanto en Europa como en Estados Unidos. Nuestra apuesta dentro de la renta fija es el crédito investment grade, favoreciendo a los financieros frente a los corporativos. Y seríamos más selectivos en los bonos de High Yield ante un escenario de desaceleración económica.
7/10Pensamos que 2024 tiene grandes posibilidades de ser en su conjunto un buen año para la renta fija tras haber asistido en este ejercicio al mayor incremento de tipos visto en décadas. Los niveles de rentabilidad actuales ofrecen un magnífico colchón para los inversores, a la que probablemente haya que añadir la rentabilidad que se genere una vez comiencen las bajadas de tipos, algo que, salvo un cambio radical en las perspectivas de crecimiento e inflación, no veremos como muy pronto hasta la segunda mitad del año.
Después de habernos mantenido muy conservadores durante la mayor parte de este ejercicio, tras el verano hemos empezado a ser más constructivos en términos de duración en la construcción de las carteras de cara al próximo año. Preferimos jugar con bonos de gobierno, ya que el crédito nos parece que está muy caro, especialmente por debajo de grado de inversión, donde nos limitamos a plazos cortos. Seguimos viendo atractivo en la deuda subordinada financiera, especialmente en el tramo AT1, y también en la renta fija emergente, aunque de manera muy selectiva.
8/10Creemos que 2024 se presenta como un año positivo para los activos de renta fija. En este sentido, favorecemos la deuda pública y seguimos estando positivos en renta fija privada, los diferenciales ya no son lo que eran hace unos meses, pero siguen siendo razonables y el devengo de cupones es muy interesante. Dentro del crédito, nos gustan los activos con grado de inversión frente al high yield, porque preferimos calidad en un entorno de incertidumbre macroeconómica. También creemos que el crédito financiero senior y el subordinado ofrecen un descuento frente a otros comparables en un escenario en el que los fundamentales del sector son sólidos. Los activos de high yield, por su parte, están más expuestos a la desaceleración del crecimiento y a un incremento en las tasas de default por lo que creemos que en este segmento es dónde hay que ser más cauto y, sobre todo, muy selectivo con los emisores.
9/10A pesar del reciente rally, creemos que la renta fija sigue ofreciendo una buena oportunidad de inversión. La normalización de los tipos de interés que hemos vivido en los últimos trimestres hace que las expectativas de rentabilidad en este activo hayan mejorado notablemente y ahora se pueden lograr rentabilidades cercanas al 3,5% con una cartera de renta fija de bajo riesgo o superiores al 5%, si añadimos algo más de volatilidad.
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