Stable Return Fund, el fondo de los inversores que odian las sorpresas

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Foto cedida

Nordea ha vivido un 2013 histórico. La gestora recibió el año pasado entradas netas en Europa por valor de 8.360 millones de euros. Según datos de flujos de Morningstar Direct recogidos por Fund Buyer Focus, que excluyen los volúmenes en fondos de fondos, ETF y fondos monetarios, la firma nórdica se convirtió el año pasado en la cuarta entidad que más ventas netas registraba a nivel europeo, por detrás de BlackRock (26.507 millones), J.P.Morgan AM (23.071 millones) y Franklin Templeton (9.434 millones). Uno de los fondos más emblemáticos de Nordea y que más expectación ha levantado es el Stable Return Fund, sobre el que se aplica un concepto en el que llevan tiempo trabajando desde la gestora: las acciones estables. Este concepto hace alusión a empresas de alta calidad, con sólidos fundamentales, capacidad de crecimiento, visibilidad sobre sus beneficios y una beta generalmente baja, que suele resultar en una también baja volatilidad.

Stefan Vakker, gestor del fondo, ha estado de visita en España para hablar de este producto a los clientes de Nordea. Se trata de un fondo de corte conservador en el que el profesional recomienda invertir con un horizonte de inversión de al menos 3 años, sin un objetivo definido de rentabilidad. “La gente siempre pide un número, pero puede haber variaciones. Entre un 4% y un 5% debería ser realista, se puede conseguir con un objetivo de volatilidad del 8%” explica Vakker, aunque aclara que en estos momentos la exposición a los vaivenes del mercado del fondo es más baja, en torno al 5,6%. “Somos muy humildes en las presentaciones a inversiones, pero conseguimos un gran resultado desde un punto de vista conservador. No buscamos tanto una rentabilidad mayor de la que consiguen otros fondos, sino menor riesgo”, afirma el experto. 

A lo largo de toda la charla, el gestor incide en las ideas de control, protección y estabilidad: éste es un fondo pensado para los inversores que odian las sorpresas, tanto para los conservadores como para los que buscan preservación de su capital o los que quieren un producto con el que poder ahorrar para la jubilación. “Nos gustaría generar retornos tan buenos como sea posible pero con protección contra las caídas. No es un fondo que esté garantizado, pero tiene una visión de largo plazo para asegurarse de que los clientes cumplen el objetivo de preservar el capital en un entorno muy controlado”, afirma Vakker. 

El gestor de hecho aprecia que el sentimiento de los inversores hacia productos como el suyo ha evolucionado en los últimos seis años. “Tras la crisis financiera se ha producido un cambio de tendencia hacia una mayor estabilidad, basada en los fundamentales, una baja volatilidad y menor riesgo. La gente está más concentrada en los retornos ajustados al riesgo, ya no preguntan sólo cuánto pueden conseguir, también cómo conseguirlo”, resume. Vakker explica, basándose en su experiencia, que ahora los inversores cada vez demandan más productos con subyacentes sólidos, transparentes y con un historial de rentabilidad probado. “No es una coincidencia que hace 3 ó 5 años no hubiera tanto interés, ahora los inversores tienen una visión más realista sobre los escenarios”. Para el gestor, no ser realista implica tener unas expectativas excesivamente altas, por lo que se vuelven difíciles de conseguir y al final el inversor se lleva sorpresas negativas. 

El  producto se puede clasificar dentro de los fondos mixtos, aunque en este caso centra exclusivamente su inversión en renta variable y fija. Vakker explica que el punto de partida del equipo de gestión es diseñar una diversificación estratégica con una visión a largo plazo, planificando también los tiempos porque “los fundamentales cambian y por tanto también las expectativas”. El gestor explica que el fondo está pensado de tal manera que, si se produce un movimiento en el mercado, en vez de vender posiciones y rediseñar la cartera pueden simplemente cambiar la diversificación táctica con distintas ponderaciones y combinarlas con futuros, que son una de las principales herramientas que utilizan para blindar al fondo de riesgos a la baja. Vakker añade que, para la renta variable, prefieren los futuros a otros derivados porque se pueden ejecutar rápido y son líquidos, transparentes y con costes más bajos. Aunque los gestores puedan realizar inversiones a corto plazo, la mayor parte de posiciones en el fondo son apuestas a largo plazo.

Amén de las características ya mencionadas, otras cualidades que en Nordea exigen a una acción para que esta sea estable es que su valoración sea (PER) “razonablemente atractiva”. El universo de inversión incluye 10.000 compañías de las que se criban hasta alcanzar unos 350 valores potenciales y de ahí seleccionan las compañías para la cartera. Es importante resaltar que esta lista de candidatas es revisada constantemente. 

Actualmente la mayor parte de títulos con estas cualidades – entre los que aparecen nombres como Wall-Mart, Johnson & Johnson o las españolas Red Eléctrica y Enagás- proceden de países desarrollados, aunque el fondo tiene una pequeña exposición estratégica a compañías emergentes que reúnan esos criterios. Esta baja exposición a renta variable emergente, como señala Vakker, explica por qué el fondo no se ha visto demasiado afectado por la corrección en dichos mercados. El gestor afirma que el equipo busca una verdadera diversificación, intentando no ignorar ninguna parte del mercado donde pueda haber valor. Actualmente, la exposición neta a bolsa combinando tanto valores de países desarrollados como emergentes es del 44%, toda vez que el fondo mantiene posiciones cortas en torno al 9%, que a su vez reducen la beta del fondo con respecto al mercado. 

En cuanto a la renta fija, el equipo se centra en el rastreo de aquellas emisiones que consideran de la máxima calidad, inversiones “muy seguras”. Vakker destaca las cédulas hipotecarias danesas y los bonos cubiertos europeos por su elevada calidad. El área de renta fija cuenta con un gran equipo de especialistas que rastrean el mercado en búsqueda de activos y determinan las inversiones más adecuadas. Actualmente, el fondo mantiene una ligera sobreponderación al crédito, aunque consideran que esta área del mercado se ha vuelto menos atractiva, tras analizar la evolución de los diferenciales y tasas de quiebra.