Update del BNP Paribas Energy Transition: esperando la capitulación

Ulrik Fugmann y Edward Lees (BNP Paribas AM)
Foto: cedida por BNP Paribas AM.

Capitulación. Primera excepción. El momento en el que los inversores renuncian a las ganancias previamente obtenidas en cualquier título o mercado vendiendo sus posiciones en periodos de caída. Segunda excepción, la menos conocida. Cuando los inversores se lanzan a invertir en masa en busca de rendimientos, argumentando que esta vez es diferente o que la subida se va a mantener en el tiempo. El BNP Paribas Energy Transition ha vivido ambos sentimientos intensos en cuestión de tres años.

La estrategia fue el fondo de renta variable más rentable de 2020, cuando generó un retorno de triple dígito. Pero los dos ejercicios siguientes retrocedió hasta el último cuartil de su categoría, lastrado por la corrección en el sector de las energías limpias y los valores con sesgo growth.

“En 2020 y 2021, era diferente porque los mercados estaban revalorizando el crecimiento y las empresas de tecnología dejaron de considerarse cíclicas. Se decía que la subida de la energía iba a mantenerse en el tiempo, dada la falta de inversión estructural y los argumentos habituales relacionados con la oferta”, rememora el Grupo de Estrategias Medioambientales de BNP Paribas AM.

Rehenes del pesimismo

Pero si algo nos ha recordado 2022 es que los mercados medioambientales no son inmunes a la psicología económica y las finanzas conductuales. Además, la templanza de la euforia de este sector se ha agravado por la característica de crecimiento de larga duración de estas tecnologías y mercados finales. Han sido tomados como rehenes, defiende el equipo gestor.

Para los expertos, las acciones medioambientales cotizan muy alejadas de los fundamentales. Han registrado una rentabilidad espectacular desde 2019 en relación con el mercado, pero en la actualidad vuelven a cotizar a niveles que no veíamos desde 2019. Solo que ahora con un ratio PEG (ratio precio-beneficio con respecto al crecimiento futuro) inferior a 1, que apunta a un crecimiento fiable a largo plazo en un entorno de bajo crecimiento.

Pero es que desde 2019 la temática ha registrado importantes avances como bien recalcan los gestores:

  1. Las medidas de apoyo político.
  2. El crecimiento de las tecnologías comerciales y el mercado.
  3. El discurso de la transición energética; la preocupación por la seguridad energética y alimentaria ha hecho que la descarbonización y las cuestiones en materia de capital natural se adelanten varias décadas.
  4. La tendencia de aumento de los beneficios empresariales.
  5. Los factores catalizadores de los mercados medioambientales, con el importante proyecto de ley de energía estadounidense, la cuestión de la medición neta (NEM 3.0) y la resolución de los problemas de no elusión en Estados Unidos.
  6. La actividad a gran escala de fusiones y adquisiciones, como han demostrado las operaciones recientes.

Oportunidades en las energías renovables

“No cabe duda de que los múltiplos de valoración siempre pueden seguir reduciéndose. Pero nos mostramos optimistas ante los resultados de nuestra exhaustiva labor de análisis fundamental y el marco DCF de varios niveles, incluso con unas tasas de descuento elevadas y conservadoras, que apuntan a una importante tendencia al alza si las empresas logran registrar buenos resultados en sus crecientes mercados”, defiende los gestores de este fondo con Rating FundsPeople 2022.

De hecho, ven oportunidades en el sector de las energías renovables, en el que algunas empresas tienen hasta una tercera parte de su capitalización de mercado en efectivo o cotizan por debajo del valor de liquidación. En estos casos, ven potencial de subidas superiores a los tres dígitos.

“En las empresas de soluciones medioambientales, el semáforo de los fundamentales está en verde, gracias a unos sólidos resultados en términos generales. Pero el que se refiere al sentimiento de mercado, el miedo y la falta de liquidez, está en rojo”, reconocen los expertos. Dicho esto, confían en el largo plazo. Si nos guiamos por los datos históricos, la inestabilidad acabará remitiendo y los fundamentales serán lo verdaderamente importante. “Esta vez no es diferente”, sentencian.