El responsable de Gestión Discrecional de Carteras para Europa de Deutsche Bank International Private Bank, explica en qué consiste la metodología Strategic Asset Allocation (SAA).
El 2008 supone un cambio en el mercado. Tal y como detalla Álvaro Vitorero, responsable de Gestión Discrecional de Carteras para Europa de Deutsche Bank International Private Bank, desde el año 90, el mercado ha seguido una tendencia alcista salvo en dos veranos. “Existía la sensación de que tenían que pasar meses para que hubiera movimientos arriba o abajo del 15%”, reflexiona Vitorero.
Sin embargo, se produce un cambio extraordinario entre 2008 y 2009, donde la volatilidad a corto plazo cada vez es más difícil de manejar. “Es muy agresiva y traicionera”, destaca Vitorero. Desde su punto de vista, hoy en día, además de la necesidad de generar retornos hay que evitar accidentes a toda costa.
En este contexto, señala, “evitar un accidente de inversión significa tener el 60% del ejercicio hecho”. Con estas condiciones, donde obtener rentabilidades en torno al 2% o 3% implica asumir riesgos grandes, la entidad ha adaptado su servicio de gestión discrecional de carteras, donde el grupo atesora a nivel mundial más de 70.000 millones de euros, al mercado actual.
Su fórmula denominada Strategic Asset Allocation (SAA) es una metodología “muy disciplinada basada en la experiencia cuantitativa”, donde la eficiencia en costes es un punto clave. En primer lugar, se realiza un proceso de optimización en el que “se da el mismo peso al riesgo y al retorno esperado”, que se basa en las expectativas de rentabilidad a 10 años y tiene en consideración a más de 500 índices de referencia.
Por otro lado, no utilizan las volatilidades históricas como referencia, sino ventanas de volatilidad que han marcado el mercado, como la crisis del Euro en 2012, o la corrección del mercado en diciembre de 2018 . Por último, diversifican en función de la volatilidad de los activos. “Lo más importante “a la hora de diversificar es tener en cuenta que, en los últimos años, las correlaciones son cambiantes”, , apunta.
Además, es muy importante para ellos el TER. “No queremos malgastar nada en la implementación”, resume Vitorero, quien considera que los ETF son la manera más directa. Vigilan continuamente el tracking error del ETF contra los índices y casi el 100% son de réplica física. “Nos sentimos más cómodos, son más directos y adecuados para el cliente”, manifiesta.
Su objetivo con este tipo de gestión es “ser extraordinariamente estables”. En un mundo óptimo, reconoce, la cartera no se mueve en 12 meses para evitar costes. Suelen rebalancear las carteras entre febrero y marzo, aunque la cartera se monitoriza escrupulosamente, según Vitorero.
Ahora estudian como adaptar las carteras a la sostenibilidad. “Es un tema crítico para el banco”, admite. Sin embargo, considera que hay que esperar a que se desarrolle aún más el universo de inversión ESG.
Por otro lado, ofrecen a los clientes una solución SAA plus, donde se mezcla esta metodología con la solución Solución MARE (Multi Asset Risk Engineering). “Le facilitamos al cliente la perdida máxima esperada”, explica Vitorero, quien indica que se trata de un tipo de estrategia implementada con opciones y put. “Nos ayuda a tener la perdida máxima bajo control, permite dormir tranquilos a los clientes”, apunta.
Vitorero es el responsable de un comité global, que en España está formado por Luis Martin-Jadraque, director del Centro de Inversiones de Deutsche Bank España, Álvaro Soldevilla, responsable de Gestión Discrecional, y Puy Carazo, directora de Asesoramiento de Inversiones.
En España, además de la solución SAA, realizan una gestión discrecional multiactivo que se replica en su gama de fondos DB Crecimiento. En el caso de los clientes de Wealth Management, que tienen la mitad de la cartera en activos de renta fija y con un claro enfoque de preservación de capital, cuentan con un equipo de gestión de carteras de renta fija.