Rick Rieder, director de gestión y de inversiones fundamentales de renta fija de la gestora, analiza los efectos perniciosos sobre la economía estadounidense que está produciendo prolongar más tiempo del debido la política de tipos de interés cero.
¿Por qué está anticipando la Reserva Federal la normalización de los tipos de interés? Es la pregunta que se hace Rick Rieder, director de gestión y director de inversiones fundamentales de renta fija de BlackRock. “Unos tipos excesivamente bajos en realidad están reprimiendo el crecimiento económico de EE.UU. y la creación de empleo en cinco formas involuntarias”, señala.
¿Qué formas son esas? La primera tiene que ver con un cambio social: los trabajadores de más edad están retrasando el momento de jubilarse. “Unos tipos excesivamente bajos están encareciendo el retiro de los individuos, al ver los potenciales jubilados que la inversión en productos de renta fija con generación de rentas paga cupones demasiado escasos como para apoyar un nivel de vida razonable”, indica Rieder. El retraso del momento de jubilación trae aparejado otro efecto sobre la fuerza laboral del que se hace eco el experto, la dificultad de acceso a primeros empleos de las generaciones de trabajadores más jóvenes.
El segundo efecto de unos tipos de interés excesivamente bajos es la falta de confianza empresarial: “Las compañías no pueden calibrar el nivel real de crecimiento de la economía de EE.UU., por lo que están postergando sus compromisos de capital”, explica el director de inversiones fundamental de renta fija. El resultado es que las compañías han estado almacenando efectivo, a la espera de que haya más certidumbre antes de tomar una decisión financiera, y también están retrasando la ampliación de sus plantillas con nuevas contrataciones.
El tercer efecto involuntario, uno de los más evidentes, es que numerosas empresas se han dado cuenta de lo barato que resulta financiarse, por lo que el mercado se ha inundado de nuevas emisiones. La cuestión, denuncia Rieder, es que muchas firmas están utilizando el dinero captado con las emisiones para recomprar acciones o pagar dividendos. “Pero mientras que este arbitraje entre deuda y acciones puede mejorar el crecimiento del BPA y los precios de las acciones y quizás adular a algunos equipos directivos, también puede estar restringiendo los proyectos orientados al crecimiento del capital”, advierte el experto.
Otra derivada es la inflación generada por la presión al alza de los salarios. En opinión de Rick Rieder, “puede ser más difícil de contener de lo que la Fed anticipa”. El representante de BlackRock explica que en los últimos años se ha producido una división dentro del mercado laboral estadounidense, entre los trabajos con mano de obra cualificada y trabajos donde no se requiere cualificación: las personas con formación están consiguiendo trabajo, y las que no tienen conocimientos se están yendo al paro de larga duración.
El experto denuncia que, desde que la Fed comenzase con su política híper acomodaticia, “los puestos vacantes se han incrementado y el componente cíclico del desempleo en EE.UU. ha mejorado. Como resultado, a pesar de que está ausente un incremento significativo de los sueldos y que el paro de larga duración sigue siendo un problema, los salarios son más elevados para aquellos trabajadores con las habilidades apropiadas y deseadas”. Rieder aventura que la inflación generada por los salarios potencialmente podría prolongarse durante años, lo que a su vez incrementa las expectativas de inflación más elevada en el medio plazo.
También juzga necesario mencionar que la capacidad de almacenaje ronda actualmente máximos. “La última vez que la utilización de la capacidad estuvo a niveles actuales, el IPC estaba en el 3,5%, no cerca de 0, otro signo de que podrían estar en camino niveles más altos de inflación”, sentencia Rieder.
Para él, el último efecto que se podría incluir en esta lista tiene que ver con el hecho de que se está realizando una mala asignación del capital: “Ha alentado episodios significativos de asignación indebida del capital, dando como resultado transacciones abarrotadas, riesgos correlacionados y las valoraciones generalmente estiradas vistas hoy en los mercados. A su vez, son riesgos sistémicos al alza, incrementando el potencial de una liquidación violenta de capital”, afirma tajantemente el experto.
La visión de Rieder, de acuerdo con las últimas estadísticas publicadas por la Fed, es que probablemente los tipos permanezcan en mínimos históricos en el futuro próximo, aunque da la bienvenida a la posibilidad de que el banco central anticipe la primera subida de tipos. Dados estos cinco daños colaterales, a Rieder no le queda más remedio que señalar su condición de escéptico con respecto a la utilidad de adoptar una política monetaria laxa: “La utilidad de la política de tipos cero de la Fed ahora ha sido sobrepasada por los costes, algo similar a lo que ocurrió antes con el QE”