Christoph Schmidt (DWS Concept Kaldemorgen): "Esperamos que los mercados sigan siendo turbulentos el próximo año"

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Fuente: cedida (DWS).

Tras cerrar la mayoría de sus coberturas de renta variable a finales de agosto/septiembre, ahora los gestores del DWS Concept Kaldemorgen están tomando una posición larga en derivados de renta variable. Ésta se concentra únicamente en Japón, a través de futuros del índice Topix. “El objetivo es evitar el riesgo de tipo de cambio”, explica a FundsPeople Christoph Schmidt, cogestor del fondo junto con Klaus Kaldemorgen y Henning Potstada.

La asignación a renta variable física la han reducido en torno al 3% con el fin de reforzar su posición en deuda pública alemana a corto plazo, que -a su entender- ofrece rendimientos atractivos sin un riesgo de duración significativo. La asignación de la cartera sigue estando diversificada: 41% en renta variable, 29% en renta fija, 7% en oro y 25% en efectivo. “Mantenemos el efectivo como opción real de buen rendimiento en la cartera; el rendimiento actual del efectivo se sitúa en torno al 4% en euros”, indica.

La duración del segmento de renta fija es actualmente del 2,3%. La asignación al dólar en la cartera es de alrededor del 22% (principalmente en renta variable estadounidense y deuda pública a corto plazo en torno al 28% y la cobertura actual del 6%). La volatilidad exante del fondo es de casi el 7%. “Esperamos que los mercados sigan siendo turbulentos en el próximo periodo, por lo que seguimos centrándonos en mantener una cartera equilibrada”, afirma Schmidt.

Sectores y valores más atractivos

En el equipo prefieren un buen equilibrio entre tres grupos temáticos (estabilidad, crecimiento, cíclicos), ya que consideran que esta categorización refleja mejor las características comunes de las empresas en lugar de la clasificación tradicional por sectores. “Esto nos permite equilibrar mejor los factores de riesgo y rentabilidad en la cartera. Los grupos se gestionan de forma dinámica y contribuyen a la diversificación de la cartera global”.

“El de estabilidad sigue enfrentándose a la competencia de la renta fija, pero continúa siendo una parte importante de nuestra cartera global de renta variable debido a sus características de riesgo defensivo (por ejemplo, salud, servicios públicos). En crecimiento, continuamos pensando que el sector tecnológico es atractivo, especialmente tras el reciente retroceso. Los nombres de BigTech podrían resultar muy resistentes debido a los numerosos vientos de cola estructurales (es decir, sólido balance, poder de fijación de precios, visibilidad de los flujos de caja, escalabilidad), incluso en un entorno macroeconómico difícil. En el sector cíclico, es necesario ser más selectivo, especialmente en caso de una recesión económica más grave”, detalla.

En general, se centran en la calidad y la resistencia del modelo empresarial en todos los grupos temáticos. Dado que no esperan que el extremo más largo de la curva de rendimientos caiga rápidamente, evitan las empresas con balances débiles, que -en su opinión- pueden enfrentarse a más vientos en contra en los próximos años cuando se trate de necesidades de refinanciación.

Estrategia en renta variable

A juicio del equipo, la renta variable sigue ofreciendo el mejor potencial de rentabilidad real positiva a largo plazo. Sin embargo, como han visto en 2023, el rendimiento sobre la base de un índice puede estar muy sesgado. “A lo largo del año, los mercados mundiales se han visto impulsados por el liderazgo de unas pocas empresas tecnológicas que se benefician de tendencias como la inteligencia artificial, mientras que otras partes del mercado se han visto claramente afectadas por las preocupaciones en torno a las perspectivas de crecimiento mundial. Por lo tanto, era mucho más importante qué valores de renta variable se poseían en lugar de cuánta exposición global a la renta variable se tenía. En nuestra opinión, esto seguirá siendo crucial también de cara a 2024”.

Estrategia en renta fija

Gracias a la subida de los tipos de interés, Schmidt considera que los bonos han resurgido como una alternativa creíble y un componente importante de una cartera multiactivos. “Los bonos del Tesoro de EE.UU. y Europa ofrecen ahora rendimientos atractivos, así como características de refugio seguro, que podrían amortiguar el rendimiento de la cartera en un entorno de mayor volatilidad. Hasta el momento, nos estamos centrando claramente en el extremo más corto de la curva de rendimientos, ya que ésta sigue invertida y no esperamos que los tipos de interés bajen rápidamente. Además, el extremo más largo de la curva probablemente seguirá siendo rígido y, por lo tanto, puede que no funcione de forma fiable como activo refugio. Por lo tanto, no tenemos prisa por invertir en bonos de mayor duración”, revela.

Dólar y oro

En lo que respecta a las divisas, opinan que éstas son una clase de activos muy importante, que gestionan de forma activa e independiente de las participaciones subyacentes en renta variable y renta fija. “El dólar estadounidense, por ejemplo, sigue siendo atractivo, en nuestra opinión, tanto desde una perspectiva de carry como de refugio seguro”.

En cuanto al oro, no solo lo consideran como una cobertura contra la inflación, sino también contra los riesgos geopolíticos. “Como esperamos que el metal siga siendo un refugio seguro y proporcione un colchón en momentos de mayor volatilidad, seguimos manteniendo una posición estratégica en él”, concluye.