Hace ya más de un año que entró en vigor en Reino Unido la Retail Distribution Review (RDR), una norma pensada específicamente para la distribución minorista de fondos. Entre otras medidas, la RDR prohíbe el pago de comisiones por parte de las gestoras a los intermediarios (retrocesiones) y establece tres tipos de relaciones comerciales posibles en el ámbito ‘retail’: ejecución, asesoramiento y gestión. Pues bien, una de las consecuencias ha sido el creciente número de inversores minoristas que han optado por ahorrar costes al prescindir del asesoramiento y operar directamente.
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