“Tener una exposición tan pequeña a activos centrados en la rentabilidad ha resultado ser una decisión difícil de tomar y dolorosa este año, pero nos hemos sentido obligados a hacerlo en nombre de nuestros clientes”, declara Suzanne Hutchins.
2016 es un año que está rompiendo a mucho los esquemas. Bien por ejecución de los stop loss, o bien por cumplimiento de limitaciones de la cartera, los gestores están siendo obligados por el mercado a tomar decisiones que no siempre son fáciles, y a proteger la cartera ante lo que está por venir. Porque, como afirma la gestora de Newton (parte de BNY Mellon IM) Suzanne Hutchins, “con la situación que vemos que se está desarrollando en el momento actual, creemos que la probabilidad de que progrese la volatilidad (o, más correctamente, la perspectiva de una pérdida permanente de capitales) es cada vez mayor”.
En consecuencia, la gestora y el resto del equipo del BNY Mellon Global Real Return Fund optaron por ir eliminando los riesgos de la estrategia, “algo que ha tenido un impacto negativo sobre la capacidad de la estrategia para poder generar una rentabilidad acorde a lo que veníamos generando históricamente”, admite Hutchins. La gestora declara que “tener una exposición tan pequeña a activos centrados en la rentabilidad ha resultado ser una decisión difícil de tomar y dolorosa este año, pero nos hemos sentido obligados a hacerlo en nombre de nuestros clientes”. Bajo el punto de vista de Newton, la otra alternativa en el entorno actual sería “permanecer plenamente invertidos y, cuando llegue la volatilidad a la baja, intentar ser el primero en alcanzar la salida”. No obstante, Hutchins indica que “este enfoque conlleva un peligro muy real de que muy posiblemente la salida se encuentre bloqueada y que termine por no haber dónde esconderse”, y afirma categóricamente que “es un riesgo que no estamos dispuestos a correr en nombre de nuestros clientes”.
La gestora recuerda aquello de hacer de la necesidad virtud para resaltar que “la capacidad de nuestra estrategia de permanecer paciente, y no totalmente invertida, resultará, a nuestro entender, beneficiosa”. Justifica esta afirmación con la creencia de que, a la larga, cuando retroceda la volatilidad “volverá a ser necesario recurrir al análisis fundamental en lugar de que sean las intervenciones oficiales quienes dirijan los mercados”. De cumplirse tal escenario, Newton cuenta con un historial demostrado de stock picking que “debería posibilitar una exposición mucho mayor a activos centrados en la rentabilidad con perspectivas fundamentales sólidas, a niveles de valoración mucho mejores, permitiéndonos ofrecer a nuestros clientes rentabilidades a largo plazo”.
Hutchins recuerda que otra de las fortalezas del BNY Mellon Global Real Return Fund, el énfasis en la preservación de capitales, ha permitido al fondo a lo largo de su historia brillar en las fases de retroceso de los mercados de renta variable, “lo que, a pesar de los pobres resultados en periodos caracterizados por mercados de renta variable boyantes, también ha cosechado grandes resultados desde el inicio”. Es una postura en la que están dispuestos a perseverar en Newton: “Continuamos siendo prudentes y altamente selectivos con respecto a nuestras inversiones, presumiendo que se va a mantener el status quo”.
Esta afirmación no significa en absoluto que el equipo gestor vaya a sentarse a esperar a que amaine: “Existe una alta probabilidad de volatilidad en los activos de riesgo y esperamos que venga acompañada de variaciones en los precios y nuevas oportunidades en puntos de valoración más atractivos que los que observamos en el momento presente”, explica Hutchins. Así, en renta variable, van a seguir prestando atención a la solidez de los balances y se va a insistir en el cálculo de flujos de efectivo a partir de modelos de negocio no cíclicos.
Posicionamiento: lo que se evita cuenta tanto como lo que se selecciona
“Continuamos teniendo una exposición mínima a materias primas y energías, siendo plenamente conscientes de que estos activos podrían volverse atractivos a su debido tiempo, si disminuye el exceso de oferta actual”, detalla la gestora en primer lugar sobre decisiones concretas en torno a la cartera, pues en el contexto actual es tan importante indicar qué se ha comprado como lo que no.
En la misma línea, Hutchins explica que, a nivel regional, “los valores de renta variable de los mercados emergentes parecen más prometedores que sus homólogos estadounidenses, en términos de valoración. Sin embargo, las economías emergentes resultan altamente divergentes, con algunas rigideces, mientras que otras tienen por delante dificultades importantes que superar”. Asimismo, en su afán por analizar un mismo hecho desde varios puntos de vista, la experta añade que “la perspectiva de salidas generalizadas de capitales del grupo podría perfectamente ofrecer oportunidades atractivas en el ejercicio que tenemos por delante”.
En cuanto a la parte de renta fija, la gestora se muestra tajante: “No vemos que sea el momento adecuado para reconstruir nuestra exposición. En concreto, los bonos de alta rentabilidad implican actualmente riesgos excesivos a la vista de los rendimientos esperados”. No obstante, en lo que respecta a los mercados de deuda pública más desarrollados, declara que ella y el resto del equipo “nos sentimos cómodos asumiendo más riesgo de tipo de interés que el habitualmente aceptado”. A continuación, amplía su punto de vista sobre esta clase de activo: “No creemos que vaya a subir significativamente la inflación y no esperamos un ciclo de austeridad agresiva de la Reserva Federal estadounidense”.
Suzanne Hutchins termina con un poco de reflexión y autocrítica: “Creemos que el proceso que tenemos implantado en Newton tiene la capacidad de generar una amplia variedad de buenas ideas. Estas ideas se basan en nuestro análisis temático de las principales fuerzas de cambio a largo plazo en el mundo. Realizar inversiones al precio apropiado, en áreas donde existan condiciones estructurales favorables y/o cualidades de tipo "refugio", debería ofrecer, en nuestra opinión, algún margen de seguridad. No podemos preparar carteras totalmente inmunes a la posible volatilidad de los mercados, pero podemos intentar garantizar que los flujos de efectivo subyacentes a nuestras inversiones sean relativamente sólidos en los diversos escenarios posibles”.