Día de la educación financiera: analizamos la situación de España

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Las secuelas sociales y económicas de la crisis provocada por el COVID-19 son más que palpables. Las cifras de contracción del PIB, empleos destruidos, situación de los mercados, perspectivas optimistas y otras menos halagüeñas lo corroboran. Mucha literatura económica que ha venido a reforzar la idea de que la sociedad debe disponer de conocimientos financieros para poder sobrellevar periodos de dificultad. En definitiva, intentar que los avatares económicos no influyan por demás en su salud mental y financiera. Hoy, en el día de la educación financiera, repasamos los datos de los que disponemos para saber cómo estamos y hacia dónde vamos.

Según el último informe PISA, publicado en mayo 2020 y correspondiente al año 2018, España se situó en el puesto 11 de una lista compuesta por 21 países, con una puntuación media de 492, inferior a la media de la OCDE que se situó en 505. Eso sí, con respecto al informe de 2015, publicado en 2017, es uno de los países que más ha mejorado su rating.

Tendremos que esperar al próximo informe que, aunque se preveía su publicación para 2021, ha sido pospuesto para 2022 con el objetivo de analizar más en detalle el impacto de la pandemia, para observar si el camino emprendido por España en la mejora de conocimientos financieros sigue la buena senda. No obstante, el último informe nos deja datos muy interesantes que analizábamos en este artículo. Rescatamos los más signficativos y en los que hay que trabajar.

En materia financiera también hay brecha

Sobre todo, socioeconómica. El informe constata que cuanto más aventajado sea un estudiante desde el punto de vista socioeconómico, mayor será su rendimiento en los conocimientos. Aunque a nivel global se observa también una pequeña brecha de género en el rendimiento a favor de los hombres, España marca diferencias. En nuestro país es al revés ya que esa mínima diferencia es a favor de las jóvenes que son mujeres.

Las fuentes

El último informe PISA señala el entorno familiar como la fuente principal para obtener información financiera. En España el porcentaje se sitúa en el 94%, cifra similar a la media de la OCDE. Le sigue Internet, en casi un 70% y el entorno escolar en el caso de España es el 41%, una de las más bajas en los países analizados.

Apoyo institucional de palabra…

Si bien a nivel institucional el Ministerio de Educación y Formación Profesional, el Banco de España y la CNMV renovaron hace un año su convenio de colaboración para el fomento de la educación financiera, por el momento no se ha visto materializado. Este nuevo año escolar aún marcado por el COVID-19 no parece que sea el curso en el que se incorpore de facto contenido de competencia financiera en el currículo escolar.

A nivel europeo, la Comisión abogaba ya hace más de 10 años por mejorar la educación financiera. Su porqué: “es un complemento de las medidas destinadas a asegurar que los consumidores tengan acceso a la información, la protección y el asesoramiento adecuados”. De esta manera, al incrementar la cultura financiera, los individuos mejorarán su comprensión de los conceptos y productos financieros y adquirirán las competencias necesarias para ser consciente de los riesgos y oportunidades, y tomar decisiones con conocimiento de causa a la hora de elegir servicios financieros.

Si ponemos fecha a esta declaración resulta cuanto menos paradójica ya que data de 18 de diciembre de 2007. Meses antes de que se desatara la Gran Crisis que tuvo como pistoletazo de salida la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

Relación directa entre formación financiera y vulnerabilidad económica

Según se desprende del informe ¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?, realizado por la Fundación PwC y Contea, los países con peor formación económico financiera presentan economías más débiles y fueron más vulnerables a los efectos de la Gran Recesión del 2008.

En el siguiente gráfico se observa la relación entre la desaceleración del PIB entre 2007 y 2013 y la alfabetización financiera adulta, medida a través de una encuesta llevada a cabo por S&Ps y el Banco Mundial en 2015. Aquellos países con más del 60% de su población formada financieramente, como Reino Unido, Países Bajos o Suecia, tuvieron caídas acumuladas del PIB inferiores al 4%, mientras que países como España o Italia, con puntuaciones de conocimiento financiero por debajo del 50%, sufrieron importantes desaceleraciones de la economía del entorno del 10%.

La relación con la formación financiera y las decisiones de ahorro son otro indicativo de la importancia de la primera para desempeñar de forma óptima la segunda. El documento de trabajo realizado por la CNMV que analiza y explota la información proveniente de la Encuesta de Competencias Financieras concluye en que existe una correlación positiva en este sentido. A mayor cultura financiera, mayor predisposición al ahorro. De igual manera que para aquellos que se consideran ahorradores cuantos mayores son sus conocimientos financieros, mayor es la predisposición a diversificar entre las distintas formas de ahorro.

Salud financiera para mejorar la salud mental

Según un estudio de BBVA Research, un 56% de los hogares españoles es vulnerable financieramente. Esta situación impacta directamente en la salud mental de la sociedad. En este artículo nos hacíamos eco de un estudio de ING en el que ponía cifra a esta relación causa-efecto. Uno de cada cinco españoles señala que su bienestar emocional se ve afectado por ese estrés que le genera pensar en sus finanzas.

La nota de España es…

El documento de trabajo de la CNMV citado anteriormente fija la nota media derivada de la evaluación de los conocimientos financieros de la muestra en un 6 sobre 10 . Aquí os dejamos unos consejos para mejorar la educación financiera. Con camino por recorrer, el apoyo institucional, tanto público como privado, es fundamental. La sociedad debe tomar conciencia de la importancia de una buena educación financiera en pro de su bienestar social y económico.