Fondos cotizados, ¿producto complejo o aptos para todos los públicos?

La autoridad europea de los mercados de valores, ESMA, puso a consulta este verano un documento sobre la regulación que deben tener los ETF y los fondos UCITS estructurados. Según publica Expansión, el sector debate ahora si algunos productos cotizados deberían considerarse complejos y no estar accesibles para el inversor particular.

 

Los fondos cotizados han tenido un éxito espectacular en los últimos años. En la actualidad, el patrimonio en estos productos supera el billón y medio de dólares en el mundo, con una oferta de más de 4.000 productos. Las entidades han ido aumentando el número y naturaleza de estos vehículos de inversión, que han dado lugar a multitud de siglas, como los ETN, ETC o ETI, con exposición no sólo a índices de activos financieros, sino a otros activos como las materias primas. 

 

Ante la creciente diversidad de productos, activos subyacentes y métodos de réplica de estos vehículos, la autoridad europea de los supervisores de mercados de valores, ESMA, puso a consulta hasta el 22 de septiembre un documento de trabajo para poder fijar los criterios de orientación para que los distintos supervisores de los mercados en cada país fijen las pautas en torno a los ETF y a los productos UCITS estructurados. 

 

El documento surge después de que la autoridad europea revisara las regulaciones que se aplican actualmente a estos productos y considerara que los requisitos existentes podían no ser suficientes para entender las características específicas y los riesgos asociados a este tipo de vehículos. En el texto en el que plantea la consulta, ESMA examina las medidas que se podrían aplicar para mitigar los riesgos de este tipo de productos complejos. En este sentido, una de las preocupaciones que tiene este organismo es el impacto que pudieran tener un problema en estos fondos en la estabilidad de los mercados financieros. Según reconoció Steven Maijoor, presidente de ESMA, “buscamos diferentes visiones dentro del sector para incrementar la transparencia y la calidad de la información que se le brinda a quienes invierten en ETF y UCITS estructurados. No se descarta que sea necesario la emisión de advertencias por parte de ESMA para alertar a los inversores minoristas de los riesgos de estos productos, o incluso limitar la distribución de ciertos fondos”. 

 

Distintas gestoras, reguladores y asociaciones del sector están participando activamente en el debate. Tras cerrarse la consulta a comentarios públicos el pasado 22 de septiembre, ahora se espera que el regulador europeo transmita sus conclusiones a la Comisión Europea. Los cambios que se decidan probablemente se recogerán en MiFID 2.    

 

Dos visiones 

Este documento ha abierto un debate en el sector entre los que creen que el marco actual es adecuado y aquello que solicitan una legislación más estricta dentro de los ETF en función del tipo de activo subyacente y de cómo se realiza su réplica. Dos puntos de vista que coinciden con el diferente modelo de negocios existente en EEUU y Europa. A la hora de realizar la réplica de un índice, la gestora tiene dos vías. Una es a través de la compra del activo que integra el índice. Es lo que se conoce como réplica física: la entidad compra todas o gran parte de las acciones del Ibex 35, con lo que consigue realizar la réplica del índice español. Una segunda vía es la réplica sintética. Esta consiste en conseguir el mismo comportamiento del índice a través de derivados y contratos swaps. Mientras las gestoras estadounidenses se decantan por el primer modelo, muchas europeas prefieren el segundo de réplica sintética. El utilizar la réplica sintética permite llegar a estrategias o clases de activos, como las materias primas, no tan fáciles de alcanzar con la réplica física. Esto ha abierto la puerta a las gestoras europeas a productos como los ETC o los ETF inversos y apalancados. 

 

Armando Senra, director general de BlackRock Iberia y subdirector general de BlackRock Latinoamérica, destaca las grandes diferencias entre el mercado estadounidense y el europeo. En su opinión, si existen categorías de producto en Europa que no se ofrecen en EEUU, o no en tanto número, debería regularse la situación de estos “otros productos cotizados” y no asimilarse automáticamente a un ETF. “En los ETN se pueden encontrar productos con apalancamiento que no deberían ofrecerse a los inversores particulares, por ejemplo, y con los ETC es siempre importante saber si el producto invierte en la materia prima físicamente, ya que si lo hace a través de un derivado no debería considerarse ETC”, explica. En este sentido, cree que el ETF es un producto para el inversor particular y no se deben correr riesgos. “Desde BlackRock abogamos por una mayor regulación en los ETF y por que éstos mantengan los niveles de transparencia, sencillez y liquidez que los han caracterizado desde que salieron al mercado”, explica. 

 

Otra gestora estadounidense, Fidelity Worldwide Investment, cree que los ETF sintético no buscan siempre el interés del inversor particular. Para Dan Hedley, responsable de política regulatoria de la gestora, en declaraciones a Financial News, un gran número de “ETF sintéticos parecen hechos a la medida para alimentar las estrategias de trading institucional más que para responder a las necesidades de los inversores particulares”. 

 

Frente a la postura de quienes abogan por dividir los fondos cotizados entre productos para minoristas y productos complejos sólo para inversor cualificado, están quienes piden un tratamiento único. Desde diferentes entidades europeas, como Lyxor, defienden la réplica sintética siempre que se realice con las suficientes medidas de seguridad. Para los responsables de Lyxor, una de las mayores gestoras de ETF del mundo, ya sean con réplica sintética o física, los ETF son fondos UCITS con una operativa simple. En su opinión, “en el caso de los productos que usan réplica sintética, ésta se limita a swaps sobre índices simples. No pueden ser considerados productos complejos". 

 

En su opinión, los ETF están regulados bajo la directiva UCITS, que “detalla el uso de derivados, de apalancamiento, de riesgos de contrapartida, conflictos de intereses y deberes fiduciarios de las gestoras”, explican. Desde la gestora francesa están de acuerdo en que se tiene que poner atención en los riesgos potenciales, pero recuerdan que todo el negocio de Lyxor está enfocado en el control de riesgo y en la gestión de los mismos, con especial atención en las consecuencias que tenga para el inversor final. La entidad, que fue pionera en Europa en la réplica con swaps en 2001, resalta que busca vías para reducir los riesgos de contraparte. Para ello, pone como ejemplo que en sus fondos cotizados, liquida diariamente sus swaps de manera que se elimina todo lo posible ese riesgo. Además, publica diariamente los activos de cada fondo en su página web así como el nivel de exposición diaria a swaps. 

 

La entidad combina réplica física y sintética. “Todos los ETF de Lyxor tienen activos físicos, como acciones en el caso de los ETF sobre índices de renta variable, y una cesta de bonos en los ETF de renta fija. Los ETF de Lyxor sobre índices de renta variable tienen un 90% de su cartera en grandes compañías europeas de renta variable, un 4% en grandes empresas de EEUU y un 6% en un fondo diversificado; en los ETF de renta fija hay unas reglas específicas en relación a los bonos dependiendo del índice”. 

 

Otra gestora europea, Credit Suisse, anunció en las últimas semanas que cambiaría algunos de sus productos de réplica sintética a réplica física. En concreto, haría el cambio de cuatro de sus fondos a principios de noviembre. En la actualidad, de sus 58 ETF, en 16 productos se usa la réplica sintética. En la actualidad, Credit Suisse es el segundo mayor proveedor de ETF de réplica física en Europa y el primero de Suiza.