Las emociones impulsan nuestras acciones. Javier Blanco Portillo, director de servicios de Capital+Humano, ofrece los puntos clave para gestionar de manera inteligente el potencial de nuestras emociones.
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Compañeras inseparables en la vida y en el trabajo. Las emociones forman parte de lo que somos y nos acompañan en nuestro día a día, están presentes también en nuestro trabajo e influyen y afectan tanto a nuestro rendimiento laboral como a las relaciones interpersonales y al funcionamiento de los equipos.
Sin una buena gestión de las emociones, incluso el profesional más cualificado y el equipo más capacitado pueden fracasar. En este artículo te explicamos por qué la inteligencia emocional es clave en un equipo de alto rendimiento y qué prácticas sencillas puedes aplicar para mejorar el bienestar y los resultados de tu equipo.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones y las emociones de los demás. Es un factor clave para liderar equipos de alto rendimiento y lograr resultados excepcionales por cuanto implica ser consciente de lo que sentimos y cómo afecta a nuestras decisiones y acciones, y también ser capaz de reconocer y entender las emociones que experimentan los demás y cómo influyen en su manera de comportarse.
¿Por qué es una competencia clave?
La inteligencia emocional es una habilidad clave tanto para el éxito individual como colectivo.
A través de ella fluyen la comprensión, el respeto, la colaboración, la creatividad, la motivación y el compromiso, y también el éxito.
Favorece el autocontrol: aprender a reconocer y gestionar de manera efectiva las emociones ayuda a reducir la respuesta reactiva y tomar decisiones más objetivas, mantener la calma incluso en las situaciones más complicadas, transmitir seguridad y confianza al resto del equipo.
Fomenta las relaciones positivas: la capacidad de comprender las emociones propias y ajenas permite ejercer un estilo de liderazgo de servicio, positivo, cercano y comprensivo que fomente la lealtad y el compromiso,
Facilita la resolución de conflictos: no hay forma de resolver roces, malentendidos y conflictos de manera constructiva y armónica sin respeto ni empatía. Ser capaz de comprender las emociones de los demás facilita el acercar posturas y encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.
Ayuda en la gestión del estrés: el estrés es un activador de emociones negativas. La inteligencia emocional ayuda a mantenerlo bajo control, preservar el buen criterio en las decisiones y aumentar la eficacia y la productividad.
Desarrolla la resiliencia: desafíos, adversidades, frustraciones…. la inteligencia emocional ayuda desarrollar la capacidad de adaptación, recuperación y superación de todos ellos.
Promueve la comunicación efectiva: la inteligencia emocional activa la habilidad para expresar ideas de manera respetuosa y también para escuchar a los demás, y genera unos flujos de comunicación más honestos, abiertos, enriquecidos y productivos.
¿Cómo puedo sacar partido a mis emociones?
“Las emociones NO se pueden controlar, lo único que podemos hacer es gestionarlas de la manera más inteligente posible. Esto quiere decir aprovechar aquello que nos genera la emoción y canalizarlo hacia nuestro objetivo”, explica Francisco Javier Blanco, Talent & Organizational Development Director de FundsPeople. Aplicado al ámbito corporativo, la gestión inteligente de las emociones contribuye a transformar el ambiente de trabajo, la conexión entre los miembros del equipo y, en consecuencia, también sus resultados. Para conseguir hacer esa gestión eficaz, te ofrecemos un sencillo itinerario con 5 pasos a seguir:
Identificar
Identifica qué emoción estás sintiendo y no tengas miedo a ponerle nombre. Incluso las emociones negativas pueden ser activadas en positivo.
Entender
Entiende de dónde nace dicha emoción. Esto te ayudará a encontrar una explicación de lo que te está ocurriendo y podrás avanzar en la gestión de dicha emoción.
Validar
Acepta o valida la emoción. Las emociones no se pueden controlar ni son tu enemigo. Debemos aceptar y permitirnos sentir lo que estamos experimentando. Hacerlo te ayudará a contrarrestar su efectos negativos y a bloquear la capacidad reactiva que provocan en ti.
Decidir
Elabora un plan y decide cómo puedes aprovecharla. Canaliza la energía que te aporta para perseguir tu objetivo. Por ejemplo, la ira te puede ayudar a ejecutar una tarea más rápidamente o con mayor intensidad. El miedo puede impulsar tu esfuerzo y tu capacidad de aprendizaje y de mejora continua.
Ejecutar
¡Acción! Ejecuta el plan que hayas diseñado para ayudarte a alcanzar tus objetivos.
“Ser miembro o líder de un equipos de alto rendimiento requiere no solo de habilidades técnicas y conocimientos especializados, sino también de la capacidad de realizar una gestión inteligente de las emociones. Al desarrollar y aplicar la inteligencia emocional en la gestión de equipos se maximiza el potencial de los empleados y se alcanzan resultados excepcionales”, concluye Francisco Javier Blanco, Talent & Organizational Development Director de FundsPeople.