¿Por qué están aumentando los institucionales españoles su asignación a renta variable?

Juanjo González (Natixis)
Foto cedida

La última edición del Barómetro de Carteras Españolas que elabora Natixis Global AM con carácter trimestral viene con una gran novedad, especialmente si se tiene en cuenta cuál ha sido tradicionalmente el perfil inversor de los españoles: durante el cuarto trimestre de 2016, la decisión generalizada fue de reducir la asignación a renta fija e incrementarla a renta variable. “Durante el cuarto trimestre de 2016, la elección de Donald Trump como nuevo presidente de EE.UU. supuso un catalizador para efectuar cambios en las carteras españolas”, explica Juanjo González de Paz, consultor sénior del Grupo de Análisis de Consultoría de Carteras (denominado Natixis Portfolio Clarity) de la firma. 

El Barómetro analiza más de 50 carteras de clientes españoles, con tres perfiles de riesgo: conservadora, moderada y agresiva. Lo que reflejó el cuarto trimestre de 2016 es una progresión de la rentabilidad a medida que se agregaba riesgo, de tal manera que el perfil conservador registró un rendimiento medio del 0,73%, el moderado del 1,99% y el agresivo, del 3,18%. Dicho esto, el estudio enfatiza que las carteras conservadoras españolas superaron en el trimestre a sus homólogas europeas y globales, en parte por su sesgo hacia la renta fija en euros, los vencimientos cortos y la renta variable española. González detalla a continuación los principales cambios efectuados en los últimos tres meses del año.

La gran rotación... de carteras conservadoras

Los ajustes más notables en este periodo fueron los efectuados en las carteras conservadoras. Los activos gestionados se incrementaron un 1% por efecto de mercado, pero se contrajeron un 4% por los flujos. Esto se debe a los ajustes realizados, con una reducción notable de la asignación a renta fija a favor de la renta variable, especialmente la desarrollada: “Los inversores buscaban una mayor diversificación mediante la inversión en renta variable europea, pero, como se produjo un repunte en las expectativas económicas para EE.UU., los inversores también quisieron subirse al carro del rebote cíclico en el país”, detalla el consultor. Tres meses más tarde, y de cara a lo que pueda reflejar el próximo Barómetro, el experto constata que “ahora la preocupación se centra en si los beneficios acompañarán a las políticas prometidas por Trump”.

Éste añade que las ventas de renta fija pueden justificarse principalmente por el temor a que unas políticas monetarias más restrictivas en EE.UU. terminen por afectar al resto del mundo, particularmente a la deuda europea. Esto explica que precisamente los mayores flujos de salida se concentraron en torno a los bonos soberanos europeos. También experimentaron ventas los bonos convertibles, por su componente de renta variable. Otro hecho notable es que se redujeran en menor proporción las asignaciones a renta fija estadounidense y emergente. González hace notar que, dado el sesgo hacia renta fija europea de las carteras españolas, estas clases de activos aportan mayor diversificación y permiten a los inversores estar expuestos a activos que ofrecen rendimientos superiores.

A pesar de estas ventas, sí pudo apreciarse un esfuerzo por buscar diversificación también en renta fija, pues hubo dos categorías en particular que sí atrajeron dinero: high yield global y bonos ligados a la inflación. “La demanda de high yield global se justifica por la necesidad de muchos inversores de obtener rentabilidad a vencimiento y porque se trata de un activo con menor sensibilidad a las subidas de tipos. Los bonos ligados a la inflación suponen una forma de obtener cobertura, principalmente por los miedos iniciales a que las propuestas de Donald Trump disparasen la inflación”.

La tendencia de diversificación también es extensible a la asignación a alternativos: dentro de este universo, lo que más eligieron los inversores con sesgo conservador fueron productos que ofrecieran otro tipo de exposiciones a la renta fija, principalmente fondos de arbitraje de deuda, crédito long short o market neutral, aunque González destaca asimismo el auge de los fondos multiestrategia, que contrapone a los flujos de salida vistos en fondos multiactivos conservadores. En todo caso, indica el experto, la renta fija supone aproximadamente el 50% de la asignación a alternativos.

Y sí, los multiactivos también han experimentado una reducción de peso en las carteras conservadoras. Para el experto, la clave de la demanda se ha centrado en aquellos productos gestionados con mayor flexibilidad, que han sido los que han aguantado en cartera. “El entorno del cuarto trimestre fue complicado para aquellos gestores de mixtos que tenían a la renta fija como el activo principal de la cartera. Se demandan productos más flexibles, con una asignación más dinámica de activos dentro de la parte de renta fija o que combinen renta fija y renta variable”, explica González. Éste añade como nota a tener en cuenta que “el componente de multiactivos agresivos es apenas inexistente en las carteras”.

El consultor de Natixis Global AM añade un último apunte sobre las carteras conservadoras, referente a los factores que han marcado principalmente la diferencia con las carteras moderadas en el cuarto trimestre de 2016. Por un lado, que “el factor value ha estado más presente en las carteras moderadas, mientras que en las carteras conservadoras no se ha reflejado”. Para González, esto se explica por un lado, porque “el sesgo value está más marcado en la renta variable europea, frente a la renta variable de otras regiones”, y también debido a que “los inversores con perfil conservador estuvieron más preocupados por implementar en cartera el rebote cíclico de EE.UU.”.

Puede consultar en el gráfico adjunto el desglose detallado de las asignaciones a cada uno de los perfiles de las carteras españolas analizadas y su variación durante el cuarto trimestre de 2016. 

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