Qué implican los últimos datos de empleo de Estados Unidos para los inversores

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Miss Tressmacher, Flickr, Creative Commons

Los datos de creación de empleo en Estados Unidos, correspondientes al mes de julio, han vuelto a decepcionar. Según las cifras proporcionadas por el instituto estadounidense de estadística (el Bureau of Labor Statistics), el mes pasado se crearon 162.000 puestos de trabajo, frente a los 185.000 esperados, lo que sitúa la cifra media para los últimos tres meses más cerca de los 175.000 que de los 200.000 registrados en los primeros seis meses del año. La tasa de desempleo, por su parte, cayó del 7,6% al 7,4%, un dato que, no obstante, esconde un aumento del empleo a tiempo parcial y que no refleja tanto la creación de nuevo empleo como una disminución de la población activa, según los expertos.

La Reserva Federal estadounidense ya anunció en mayo su deseo de empezar a limitar las compras mensuales de activos si la situación económica mejoraba lo suficiente, lo que requería que la tasa de desempleo cayese al menos por debajo del 6,5%. El anuncio provocó un repunte automático de los tipos de interés de los bonos estadounidenses y una oleada de volatilidad en los mercados. Por lo tanto, ¿qué pueden esperar los inversores ante los recientes datos de empleo?

Para Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs AM, “los últimos datos no son desastrosos ni suponen un cambio de rumbo pero, en general, son decepcionantes. Lo cierto es que el mercado laboral estadounidense es mucho más débil de lo que podría sugerir la tasa de desempleo del 7,4% y aunque parte del declive en la tasa de ocupación que se ha registrado en los últimos cinco años responde a factores estructurales, como el envejecimiento de la población, la mayor parte se debe a factores cíclicos, algo que obviamente preocupa a la Fed”, afirmó el experto en una reciente entrevista de la CNBC.

A pesar de que el crecimiento del empleo lleva tres meses por debajo de la media móvil de doce meses, Hatzius no cree que esta tendencia sea lo suficientemente fuerte para afirmar que la economía estadounidense se está desacelerando. “Si eliminamos el ‘ruido’ que rodea los datos, lo que observamos es que la situación es bastante estable y que el crecimiento continúa, aunque quizás a un ritmo menor de lo esperado”, apunta el experto.

Para Patrik Schöwitz, estratega del Grupo de Multiactivos Globales (GMAG) de JP Morgan Asset Management, “los datos de empleo de julio son coherentes con nuestra previsión de que las medidas de ajuste presupuestario puestas en marcha en la primera mitad del año ralentizarían el crecimiento del PIB real, lo que a su vez se traduciría en una menor creación de empleo en el segundo semestre”.

Según explica Schöwitz en el último informe semanal de estrategia del GMAG, “una de las conclusiones que extrajimos de las fuertes ventas de bonos del Tesoro de finales de junio es que las previsiones de empleo de la Fed para 2013 y 2014 son mucho más optimistas que las del consenso. La sorpresa más importante que los mercados no están descontando es que la Fed podría rebajar sustancialmente su previsión de crecimiento para el segundo semestre de 2013, lo que pospondría cualquier reducción del programa de expansión cuantitativa al menos hasta diciembre”.

En Goldman Sachs, sin embargo, siguen pensando que la Reserva Federal empezará a limitar las compras de activos en septiembre, “aunque probablemente lo combinará con otras herramientas como la gestión de expectativas (forward guidance), que ha funcionado muy bien y ha contribuido a mejorar las condiciones financieras”, afirma Jan Hatzius. “Ni la expansión cuantitativa ni la política de tipos cercanos al 0% han conseguido estimular realmente la demanda agregada, así que necesitamos soluciones más creativas para fomentar el crecimiento”.