Los expertos de Pioneer Investments, Franklin Templeton Investments y Robeco ofrecen una primera evaluación sobre cómo pueden afectar las elecciones generales al mercado de renta fija y qué resultado sería más business-friendly.
La llegada de diciembre ha hecho saltar varias alertas mentales: faltan menos de un mes para la navidad, faltan menos de 20 días para saber si la Reserva Federal va a subir los tipos o no, faltan menos de 15 días para el puente de la Constitución… y falta también muy poco para la última cita con las urnas de este año, las elecciones generales que se celebran el próximo 20 de diciembre. En un escenario inédito en la historia de la democracia española, en el que el juego ha pasado del bipartidismo a la lucha de cuatro partidos políticos distintos por los votos del electorado, las gestoras internacionales también están construyendo sus propios escenarios.
“La rentabilidad de la deuda soberana española y periférica en general deriva de dos componentes, el QE y el incremento de la incertidumbre política y el riesgo de fragmentación, algo que también ha sucedido en Portugal. El mercado no puede prestar atención a los dos componentes a la vez: ahora está centrado en el QE y menospreciando el riesgo político, pero si el BCE decepciona, prestará más atención a la política. Entonces podría producirse un ensanchamiento del diferencial entre la deuda española y Alemania” advierte Cosimo Marasciulo, director de deuda soberana europea de Pioneer Investments. Éste aclara que “si el BCE sorprende positivamente, entonces el mercado no prestará tanta atención a las elecciones en España”. En todo caso, el equipo de deuda soberana europea de Pioneer ha optado por infraponderar deuda de España e Italia frente a Alemania porque su visión es que “el BCE no dará tanto como espera el mercado”.
El experto alerta a los inversores sobre el peso del riesgo político sobre los movimientos del mercado: “Cuando hablas de riesgo político, para el mercado es cuestión de cero o cien, no hay un punto intermedio. No obstante, la volatilidad no va a ser la misma que la de 2011, gracias a la acción del BCE. Además, los inversores no están preparados para empezar a tomar posiciones de cara a 2016, porque el BCE, la Fed y las elecciones en España se lo están impidiendo”.
Sobre el posible escenario post electoral, Marasciulo muestra dudas: “El problema en España es que hay un número muy elevado de indecisos y dudas sobre la disposición de los partidos para empujar reformas. Es muy difícil realizar un pronóstico, aunque no creemos que se vaya a conseguir una mayoría absoluta”. El responsable de renta fija se aviene a hacer un tímido pronóstico: “Ciudadanos parece el partido más comprometido con el desarrollo de reformas estructurales. En cambio, creemos que Podemos se ha visto dañado por lo que ha sucedido en Grecia. No creo que una mayoría del PP o el PSOE tuviera importancia para el mercado, porque son partidos muy consolidados, pero creo que sí se valoraría positivamente cualquier coalición que implique a Ciudadanos”.
“Lo mejor para los intereses de los inversores sería una coalición entre el PP y Ciudadanos, que daría lugar a un gobierno de carácter centrista, orientado hacia la UE, la empresa y la economía de mercado, y con un claro compromiso contra la corrupción”, afirma por su parte Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco. El experto advierte que este posible resultado conlleva sus riesgos: “España no tiene tradición de gobiernos de coalición, por lo que existe la posibilidad de que el PP gobierne en minoría, o incluso que se concierte un gobierno de mayoritarios, aliándose con los socialistas”. Para el economista jefe, “el mejor resultado para los inversores es que se mantenga la tónica actual en España, aunque se atenúe un poco”. “En general, las políticas económicas no cambiarían demasiado”, añade.
Desde el punto de vista macro, destaca que el país presenta buena salud: “España probablemente registre un crecimiento de más del 3% y, teniendo en cuenta el repunte del conjunto de la zona euro, es probable que la tasa de crecimiento de 2016 sea comparable”. No obstante, pueden verse nubarrones en el horizonte: “La UE no está muy satisfecha con las políticas presupuestarias del gobierno español, ya que observan un debilitamiento del balance estructural, y están presionando a España para que introduzca mejoras en sus presupuestos, pero tendrán que esperar hasta después de las elecciones. Teniendo en cuenta que el crecimiento económico va en aumento, no creo que el nuevo gobierno tenga mucho trabajo que hacer en este frente”, concluye.
La independencia de Cataluña, un riesgo latente
David Zahn, responsable de renta fija europea de Franklin Templeton Investments, se fija por su parte en el riesgo de fragmentación en el país, habida cuenta de que considera que el resultado de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña “es probable que genere algo de incertidumbre en España en vísperas a las elecciones generales”.
Zahn espera que, después del 20-D, “se vean negociaciones detalladas entre el gobierno catalán y el nuevo gobierno central de España sobre algún tipo de acuerdo que asegure que el país siga intacto; esto puede llevar a algo de volatilidad en España”. Así las cosas, la opinión del experto sobre deuda española es prudente: “Aún pensamos que España representa una buena historia de crédito, pero también pensamos que una potencial secesión catalana es un factor de riesgo que queremos mantener en nuestro horizonte. Es más, aunque creemos que España ha hecho un buen trabajo para controlar su déficit, nos da miedo que una relajación post electoral del control de ingresos fiscales pueda causar algunos problemas”.