El Banco de Inglaterra (BoE) optó ayer por sacar toda la artillería pesada para responder al impacto negativo del Brexit sobre la economía británica. Su gobernador, Mark Carney, anunció el recorte de los tipos de interés hasta el mínimo histórico del 0,25%, un programa de adquisición de bonos corporativos, la ampliación del QE de deuda soberana existente y la creación de una línea de liquidez para la banca (TFS por sus siglas en inglés). Además, redujo drásticamente las previsiones de crecimiento para 2016 (leer más). Ian Spreadbury y Sajiv Vaid, gestores de renta fija británica de Fidelity International, creen que “podría afirmarse que la decisión ha marcado el nacimiento del "lo que sea necesario" de Mario Draghi en versión Carney”. Ahora bien, bajo su punto de vista, la pregunta clave es si funcionará esta política de electroshock a la economía inglesa.
¿Tendrán efecto las medidas del Banco de Inglaterra en el largo plazo?

Bank of England, Flickr, Creative Commons
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