Acatis Gané: por primera vez en la historia del fondo entra deuda pública española en la cartera

Uwe Rathausky, Henrik Muhle y Marcus Hüttinger
De izquierda a derecha: Uwe Rathausky, Henrik Muhle y Marcus Hüttinger.

El Acatis Gané está consiguiendo resistir el mal comportamiento que este año registran los mercados financieros. Este fondo mixto moderado, que en 2022 disfruta del Rating FundsPeople, acumula un descenso anual del 3%. ¿La razón de su resistencia? Ser fieles a una estrategia que pasa por invertir en compañías con balances sólidos, con modelos de negocio sostenibles, altos márgenes y habiendo entrado a precios atractivos y, al mismo tiempo, mantener una posición en liquidez que les permita a los gestores -Uwe Rathausky y Henrik Muhle- aprovechar las oportunidades que, en ocasiones (como ocurrió con la crisis del COVID-19 y ahora con el repunte de la inflación y la guerra de Ucrania), ofrece el mercado.

Muhle ha estado de visita en España. Ha venido junto con Marcus Hüttinger, quien se incorporó a GANÉ en enero de 2020 como especialista macro. Actualmente, a Muhle hay tres factores que le preocupan. El primero es el COVID-19. “Evidentemente, tras los recientes acontecimientos, ha dejado de ser la gran preocupación en Europa. Sin embargo, sigue siendo importante porque China continúa anclada en una política de COVID cero, que les está llevando a confinamientos masivos. Esto supone un riesgo muy relevante que tenemos en cuenta porque algunas de las compañías podrían ver afectado su negocio por interrupciones en la producción y el suministro”.

El segundo factor que le preocupa es la fuerte subida de la inflación. “Está aquí para quedarse”, augura. Afecta de lleno al negocio de muchas compañías. “Aunque la mayoría seguirán siendo rentables, los márgenes se van a resentir. Es el caso, por ejemplo, de algunas empresas de alimentación, como Nestlé, cuya posición hemos reducido a la mitad”, revela.

El tercer gran riesgo que monitorizan es la guerra entre Rusia y Ucrania, un factor desestabilizador que está reduciendo enormemente la visibilidad en lo que respecta al negocio de muchas empresas. “El desenlace de la guerra es imposible de predecir. Es un hecho terrible, que impacta de pleno en el precio de las materias primas, lo que a su vez afecta directa o indirectamente a otras muchas industrias. Algunas están dejando de recibir materiales esenciales para la elaboración de sus productos que le venían de Ucrania”.

Según Muhle, en este momento, es imposible predecir si todos estos elementos nos conducirán a una recesión económica. “Existen fuerzas que empujan hacia ella, pero por otro lado hay otras que lo frenan, sobre todo el tirón del consumo tras el parón del COVID”, señala. Dicho todo esto, Hüttinger recuerda que las decisiones de inversión no se pueden tomar por razones macro o geopolíticas. “Nadie sabe lo que va a hacer Vladimir Putin como tampoco sabíamos en su momento cuál iba a ser la respuesta de los bancos centrales a la crisis del COVID-19. Hoy más que nunca, en lo que debes fijarte es en los fundamentales”, afirma.

El peso de la renta variable en la cartera se ha reducido recientemente, al pasar del 73% al 68%. Lo han incrementado al ir encontrando compañías que combinan las dos cosas que buscan para su cartera: valoración atractiva (al más puro estilo de la filosofía de Warren Buffett) que se ve respaldada por un evento positivo que eleva el precio de la compañía. “Somos lo suficientemente pacientes para elegir las compañías correctas. En la crisis del COVID-19, es lo que nos permitió entrar en el capital de Allianz cuando ofrecía una rentabilidad por dividendo del 8%”, ejemplifica Hüttinger.

Algunas han corregido hasta niveles que les han animado a ser constructivos. En otros casos, en cambio, consideran que no se han abaratado lo suficiente como para entrar. “Cuando no se te compensa por el riesgo que asumes, es mejor mantener el dinero en instrumentos del mercado monetario”, indica el gestor. En caso de que vean la oportunidad, están preparados para tomar rápidamente posiciones. “Históricamente, hemos reservado de media un 10% de la cartera en liquidez con el objetivo de aprovechar potenciales oportunidades. Ello nos ha permitido reducir la volatilidad y también el drawdown”.

Otro de los elementos que les han ayudado a mitigar el riesgo son sus posiciones en deuda pública que tradicionalmente ha actuado como activo refugio, principalmente treasuries y bunds, donde han incrementado sus posiciones. Sin embargo, si hay una novedad en la pata de renta fija del Acatis Gané es la presencia, por primera vez en la historia, de bonos del Tesoro español. “Hemos comprado deuda pública española de corta duración, concretamente las emisiones a dos años”, revela Muhle. Son activos que les permiten resistir en periodos de caída. Pero, a largo plazo, tienen claro que “las acciones es el activo en el que hay que estar”, coinciden.