UBS Global AM afirma que el número de compañías con un elevado ‘pay-out’ se ha multiplicado por cinco al pasar de las 60 que había en 1995 a las 300 del año pasado.
Invertir en renta variable emergente con un enfoque centrado en el dividendo. Esa es la estrategia que algunas gestoras defienden seguir en el contexto actual. Entre ellas está UBS Global Asset Management, quien considera que las compañías afincadas en estos países que con un inmaculado historial de ofrecer un atractivo dividendo resultan una buena oportunidad de inversión, “sobre todo si se tiene en cuenta que, al mantener una fuerte exposición a economías en expansión, la probabilidad de que mantengan su compromiso de aumento sostenible del dividendo es mayor gracias a su baja deuda y fuerte potencial de crecimiento”.
Según Justin Wells, gestor de renta variable emergente de la entidad helvética, el interés de los directivos de estas empresas por incrementar la retribución al accionista se refleja incluso en el MSCI Emerging Markets, índice que ha visto cómo a lo largo de los últimos diez años las empresas que lo integran han ido elevando de manera paulatina el dividendo. “El número de empresas con elevada rentabilidad por dividendo se ha multiplicado por cinco: en 1995 en los mercados emergentes había sólo 60 valores de este tipo. El año pasado esta cifra ascendía a 300”, asegura el experto.
En su opinión, de cara al futuro, el potencial es aún mayor, ya que muchas de ellas han entrado en una fase de crecimiento muy maduro. “A lo largo de los últimos diez años las compañías afincadas en países emergentes han reducido su nivel de deuda, hasta situarla en torno al 25%, por debajo del 50% que muestran las empresas con sede en mercados desarrollados. A todo ello hay que añadir que las compañías emergentes presentan actualmente unos elevados niveles de caja en sus balances, lo cuál eleva enormemente su atractivo”, afirma Wells. Para localizar las mejores oportunidades, el proceso de gestión debe ser muy riguroso.
El que aplican en UBS Global AM pasa por centrarse en el universo de compañías emergentes con elevada rentabilidad por dividendo y quedarse con las 100 que ofrezcan el retorno más atractivo por este concepto. “A partir de ahí comienza un proceso de selección en el que se descartan aquellas compañías con un dividendo insostenible o con débiles fundamentales. En definitiva, de lo que se trata es de analizar si existe el riesgo de que el dividendo sea recortado por cualquier motivo. También se incluyen aquellas cuyo dividendo tenga perspectivas de ser elevado. Ese es el factor humano en nuestro proceso”, señala.
En este aspecto, Wells considera que la experiencia local es clave. Sólo contando con equipos bien preparados en cada área se consigue detectar las oportunidades a tiempo y hacer una gestión oportunista de la cartera. “Actualmente, Hong Kong y Singapur son mercados en los que mantenemos una asignación importante de la cartera”. Taiwán es el de mayor peso, con un 28%, seguido de Singapur, con un 17%. Por sectores, firmas financieras, operadoras de telecomunicaciones y empresas de tecnología son sus principales apuestas. La sudafricana Foschini y la taiwanesa Asustek son compañías que tienen un historial de crecimiento de dividendo y responden a lo que estarían buscando en UBS Global AM.