Carmelo Mesa-Lago, catedrático de la Universidad de Pittsburgh y nominado al Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 2014, analiza el futuro de las pensiones.
España “necesita una reforma paramétrica de sus pensiones para garantizar la solvencia a largo plazo, que incluya un ajuste en la edad de retiro”, asegura Carmelo Mesa-Lago como resumen de la sostenibilidad del sistema de reparto. El académico cubano es catedrático emérito en Economía en la Universidad de Pittsburgh y uno de los mayores expertos a nivel mundial en pensiones. De hecho, Mesa-Lago está nominado al Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 2014, y ha participado en las reformas de varios países de Latinoamérica.
Pero volviendo a Europa (ha trabajado varios años en España), asevera que “los que piensan que la seguridad social, aun bien gestionada, puede reemplazar 70% del último salario o mayor porcentaje, viven una ilusión, la tasa que recomienda la OIT es el 45% del salario promedio de toda la vida laboral”. El candidato al Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 2014 avisa de la necesidad de promover la cultura del ahorro, “especialmente a través de planes complementarios de pensiones o ahorro individual”. Es importante recalcar, prosigue, que “la seguridad social no puede mantener el nivel de vida anterior al retiro, especialmente cuando las edades de jubilación son bajas y las pensiones son generosas, de ahí la importancia del ahorro individual. Por supuesto esto es imposible o muy difícil en el grupo de muy bajo ingreso que debe ser asistido por el Estado, pero sí en la clase media”.
En este sentido, Carmelo Mesa-Lago no duda en ponerse de ejemplo: “Como catedrático universitario yo tenía un salario bueno y creciente y contribuí más de 40 años a la pensión de seguridad social en EE.UU., pero la tasa de reemplazo basada en el salario promedio de todos mis años de trabajo y las contribuciones mías y de la universidad fueron de alrededor del 20%, y recibo una pensión máxima de unos 2.000 dólares mensuales mientras que mi último salario fue de 10.000 dólares mensuales, de manera que no podría mantener mi nivel de vida anterior; lo puedo hacer porque contribuí junto con la universidad con un 20% de mi salario a un fondo de todos los profesores universitarios del país (TIAA-CREF) que complementa mi pensión básica”.
Mesa-Lago, que recibió el primer premio de la OIT a la investigación sobre el trabajo en 2007 junto a Nelson Mandela, recuerda que “los países desarrollados, especialmente los europeos, confrontan el problema adicional del envejecimiento demográfico que reduce el número de aportantes y aumenta el número de los pensionados, por lo que la relación pasivo/activo aumenta gradualmente haciendo más difícil el financiamiento por reparto e intergeneracional. Además muchos países mantuvieron edades de retiro muy bajas que estaban completamente desactualizadas con la expectativa de vida creciente”. Pero además de “atar” la edad de jubilación a la esperanza de vida al retiro, opina que habría que revisar también otras condiciones de acceso y en algunos países se podrían revisar “las pensiones de privilegio concedidas a grupos poderosos con amplios subsidios fiscales, como los funcionarios públicos y en algunos países las fuerzas armadas”.
Sostenibilidad
Para el catedrático de Pittsburgh, el sistema ideal de pensiones sería “una mezcla” del modelo de reparto y del modelo de capitalización. El Banco Mundial reconoció, tras 25 años de “apoyar el modelo de contribución definida, que había abandonado la protección a ancianos pobres mediante pensiones no contributivas o de asistencia social”. Por otra parte, “los sistemas públicos se beneficiarían de pensiones complementarias con sistemas de capitalización que mejorarían el monto de las pensiones y contribuirían al desarrollo económico”.
En concreto, aboga por un sistema que tenga tres pilares: “el de protección social a los pobres con pensiones asistenciales; un pilar público que pague una pensión básica contributiva; y un pilar de capitalización que sufrague una pensión complementaria. En todo caso es primordial que el modelo tenga en cuenta las peculiaridades económicas, sociales y políticas del país y que sea precedido de un diálogo social y estudios actuariales profesionales para asegurar su equilibrio a corto y largo plazo”.
‘Maestro’ en Latinoamérica
Carmelo Mesa-Lago estará presente en la comisión para la reforma de pensiones que ha creado en Chile la presidenta Bachelet, en el país que fue pionero en la región en impulsar un sistema de capitalización de ahorro individual en gestoras privadas (AFPs). Mesa-Lago ha sido maestro directa o indirectamente de muchos de los principales profesionales o académicos latinoamericanos en materia previsional, como llaman al otro lado de Latinoamérica al sistema de pensiones.
Para el economista cubano, “el sistema chileno es el mejor de Latinoamérica, debe preservarse pero resolviendo algunos problemas como el elevado coste de gestión o las barreras a la competencia”. Aboga por crear una AFP pública en Chile y cree que en general en la región hay correlación entre el grado de competencia del sistema y el tamaño de la masa laboral. Así, hay países como El Salvador o Bolivia que afrontan dificultades de haber copiado el modelo chileno ya que “copiaron al carbón” porque no tuvieron en cuenta que “tenían condiciones económicas, y mercados laboral y de capitales muy diferentes".