La Fed prevé empezar el tapering en 2021: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Foto cedida (Federal Reserve)

El tapering en EE.UU. será en 2021, pero esto no implica una subida de tipos. Es el mensaje principal que Jerome Powell lanza a los mercados. En su discurso durante el simposio anual de Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal ha apoyado poner fin a las compras de activos este mismo año. “Al igual que la mayoría de los participantes, opino que si la economía evoluciona ampliamente como se anticipó, podría ser apropiado comenzar a reducir el ritmo de compra de activos este año”, afirmó.

Es la primera vez que Powell muestra su postura personal ante el tapering. Un detalle importante ya que, según los minutos de la pasada reunión de la Fed publicados, no hay consenso entre los miembros del FOMC. Y se apoya en dos factores. Uno, ve progreso sustancial en la inflación. Dos, un claro progreso hacia el máximo empleo.

Lo que quería el mercado

A juzgar por la primera reacción del mercado, Powell ha dado a los mercados lo que querían. La renta variable sube mientras que los bonos caen. El discurso se ha interpretado como más dovish (acomodaticio) de lo esperado. “Como buen acto principal de un festival de música, había una mezcla de viejos favoritos (inflación transitoria, todavía un camino por recorrer en el desempleo) y algo de material nuevo (tapering para Navidad)”, resume Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multi-Activos en Janus Henderson.

Es el mensaje general que también se lleva Thomas Costerg, economista de Pictet WM. “Powell sigue más preocupado por la deflación que una alta inflación. Todavía no está convencido de estemos en nuevo régimen post Covid. Todavía desdeña las recientes indicaciones de alta inflación. En general, vemos que la próxima reducción de compras de activos puede ser solo un matiz en un régimen monetario que de otro modo sería moderado y que probablemente persista varios años”, argumenta.

Para Raphael Olszyna-Marzys, economista de mercados desarrollados de Bank J. Safra Sarasin, está claro que Powell no quiere encerrarse. Prefiere mantener abiertas sus opciones. “Aunque no creemos que la propagación del virus altere sustancialmente las perspectivas de la economía estadounidense”, matiza el economista. En su opinión, el banco central sigue siendo extremadamente prudente. “El FOMC no quiere sacudir el barco. Prefiere llegar un poco tarde que temprano”, interpreta.

Una retirada en dos fases

Durante gran parte del año la cita anual en Jackson Hole ha sido la fecha favorita en las quinielas para el anuncio del tapering. Pero la cita fue perdiendo peso con el surgir de nuevas variantes del covid y una debilitación de la economía norteamericana. No obstante, si el tapering se produce en 2021, eso apenas deja tres citas con los mercados para primero, anunciarlo, y segundo, hacerlo efectivo. O lo que es lo mismo, podríamos estar hablando del tapering en noviembre de 2021.

Pero por el momento son cábalas. Entre los propios miembros de la Fed hay discusiones sobre si anunciarlo en septiembre o aplazarlo a noviembre. Powell tampoco ofreció detalles sobre el ritmo de reducción de compras. Es una ambigüedad que descoloca a expertos como Jeremy Lawson, economista jefe de Aberdeen Standard Investments. “Si la Reserva Federal ni siquiera está siendo clara en cuanto a su objetivo y a cómo se comportará en diferentes circunstancias, entonces sólo crea más incertidumbre sobre la que ya existe. Eso obliga a los inversores a un juego artesanal de adivinanzas sobre el camino que podrían tomar, conduce a más en lugar de menos volatilidad y desperdicia enormes cantidades de recursos”, reclama. En su opinión, el vacío que deja la ambigüedad de la Fed tiene un precio.

Y es que ni siquiera hay consenso entre los analistas. Morgane Delledonne, directora de análisis de Global X, ve el tapering en noviembre; Olszyna-Marzys, en septiembre. "Un estrecho seguimiento del mercado laboral estadounidense será ahora clave para calibrar el camino hacia el tapering", desgrana Christian Scherrmann, economista de DWS.

La subida de tipos, aún una incógnita

La segunda pata del mensaje clave de Powell fue la subida de tipos. Más bien, la no subida de tipos. Y en esto el presidente de la Fed fue más claro. “El momento y el ritmo de la próxima reducción en las compras de activos no tendrán la intención de transmitir una señal directa sobre el momento del despegue de los tipos de interés”, aseguró en el discurso.

Hay que entender por qué Powell insiste en este punto. Como recuerda Blackbourn, dado el vínculo entre el momento en que finaliza la flexibilización cuantitativa y el momento en que los tipos de interés pueden comenzar a subir, esto aún dejaría espacio para una sorpresa más hawkish (agresiva) el 22 de septiembre si se anuncia un camino para la reducción gradual después de la reunión de la Fed. Por ejemplo, si la Fed anuncia en septiembre un ritmo rápido de la reducción de compras de activos, se podría leer como cerca esa subida de tipos. Blackbourn es consciente de que la Fed ha rechazado esa premisa, pero no descarta que permanezca en la psique colectiva del mercado.

Por ahora, la Reserva Federal aplaza la subida porque aún ve que la inflación actual es transitoria. Insisten en que queda camino por recorrer. “Curiosamente, la medida de Michigan de la inflación de 5 a 10 años publicada simultáneamente llegó al 2,9%, por debajo del 3% del mes pasado, lo que sugiere expectativas de inflación subyacente estables”, resalta Delledonne.