Conociendo a los equipos de Sostenibilidad de las gestoras españolas: Gescooperativo

De izda a dcha. Sentados: Sergio Avilés, Emilia Díaz, Leticia Montesino, Beatriz Gutiérrez De pie: Carlos Camacho, Carmen Etreros, Francisco Javier González, Silvia Franco y David García Burgos

En FundsPeople, nos hemos propuesto conocer mejor a los equipos de inversión sostenible de las gestoras españolas a través de una serie de entrevistas con los responsables y sus equipos. Finalizamos esta serie en este año con el equipo finalista al Premio FundsPeople Awards 2023 al Mejor Equipo de Sostenibilidad de una gestora española que nos quedaba por entrevistar: el equipo de Gescooperativo.

“A nivel grupo Banco Cooperativo y Caja Rural hay muchas acciones que se están poniendo en marcha, gracias a un plan director que cuenta con unas 200 líneas de actuación para llevar a cabo en las cajas rurales, en el banco y en la gestora”, señala David García Burgos, director de Operaciones y responsable de Sostenibilidad de Gescooperativo.

La gestora cuenta también con su propia política. Hay un comité trimestral en el que están el presidente y director general, Gonzalo Rodríguez-Sahagún, así como los responsables de Riesgos, Cumplimiento Normativo, Sostenibilidad, Gestión y Comercial. Además, en los comités de administración de la gestora también se incluyen asuntos de sostenibilidad. “Se trata de tener claras las actuaciones, la normativa que hay que afrontar y también las decisiones sobre los productos”, añade.

Experiencia y adaptación

Beatriz Gutiérrez, subdirectora general de la gestora, destaca que la entidad “ya lanzó una gama de dos productos ASG en 2018, con dos perfiles de riesgo y luego un tercero en 2020”.  Desde entonces el camino ha venido marcado por la adaptación a la regulación. En la actualidad gestionan unos 1.100 millones de euros con criterios ASG y cuentan con cinco fondos acogidos al artículo 8 de la SFDR, y uno al artículo 9.

De los vehículos del artículo 8 hay cuatro fondos de fondos: Rural Rendimiento Sostenible, Rural Sostenible Conservador, Rural Sostenible Moderado (fondo solidario) y Rural Sostenible Decidido (los tres últimos cuentan con el Rating FP) y uno de renta variable global, Rural Futuro ISR (fondo solidario). El fondo acogido al artículo 9 es Rural Impacto Global, “el segundo fondo de impacto invertido en renta variable que se registró en España. Está enfocado a la temática medioambiental, ya que busca contribuir a cuatro ODS relacionados con medioambiente y clima”, destaca Gutiérrez.

La directiva señala que la gama busca cubrir el nivel de riesgo de todos los clientes, que han acogido los fondos con interés. “Los clientes del entorno rural están concienciados con los cambios que está produciendo el cambio climático, hace más calor, llueve menos, ven cómo afecta a las cosechas… tienen la cuestión de las preferencias más cerca”, apunta. No obstante, este año ha sido más complicado por el tema de los resultados, que no han sido tan buenos como los de otros productos de la gestora.

Oportunidades

Gutiérrez se muestra más positiva de cara a 2024: “Yo creo que el año que viene va a ser positivo para este tipo de fondos. Hemos estado en un entorno en el que muchas de las compañías más enfocadas a la sostenibilidad se han visto penalizadas por la subida de los tipos de interés. Muchas tienen proyectos a largo plazo y esto ha hecho que las valoraciones se hayan ajustado. Si las expectativas de tipos se van confirmando, deberíamos ver algo de recuperación”, explica.

También considera que hay más oportunidades para invertir en renta fija. “Al principio había una cierta limitación a bonos verdes y con duraciones muy largas. Ahora, esas emisiones largas no van a resultar perjudiciales y además ya hay emisiones con duraciones más cortas del ICO, de emisores supranacionales y de gobiernos” afirma.

En cuanto al proceso de selección de los fondos, Gutiérrez apunta que “lo más importante es partir del porcentaje de la cartera destinado a activos sostenibles. Nosotros hemos sido bastante exigentes y tenemos más de un 50% y un 80% a niveles de promoción. Eso condiciona la selección de las inversiones, es fundamental revisar la información precontractual, si no se llega a esos niveles elevados, no se incluyen en la cartera”. Si se trata de una inversión directa en renta variable, “lo primero es que la compañía nos guste por fundamentales, pero luego tiene que ajustarse al score mínimo y cumplir con la contribución a los ODS principales”.

Metodología

David García Burgos destaca que la metodología se aplica de forma global. “La política de exclusiones es global, no invertimos en ciertas líneas de negocio, valoramos las controversias para toda la posición global y también hay unas puntuaciones mínimas, no se compra nada que esté por debajo de esa puntuación y si un activo cae por debajo, se deshace esa posición”.

Esa metodología global se adapta al tipo de fondo y a la clase de activo. “En los fondos artículo 8, en función del tipo de activo, establecemos determinados controles. Por ejemplo, teníamos dudas con la deuda pública, pero ahora ya tenemos un indicador con el índice de Notre Dame. En inversión directa, analizamos la contribución a los ODS en función de los ingresos, y todo bajo el paraguas de exclusiones, de las puntuaciones mínimas y de las proporciones mínimas de los folletos”, añade.

Para el scoring trabajan con la herramienta de Clarity, con la parte de bonos verdes, sociales y sostenibles, se apoyan en Bloomberg. En otros instrumentos como los pagarés, se analiza a fondo el emisor. García Burgos y su equipo realizan análisis de seguimiento mensuales para ver si las carteras se están ajustando a todos esos criterios y si alguna compañía o emisor ha cambiado de alguna forma o por algún evento.

Estrategia

Aunque la adaptación a la regulación requiera un esfuerzo constante, lo importante para el equipo es fijar unas reglas sencillas e intentar ser prácticos, centrándose en generar unos procedimientos que no sean excesivamente complejos. “Es una labor de aterrizaje y de simplificación”, afirma Gutiérrez.

Sobre la estrategia medio plazo, la directiva estima que la gama podría ampliarse, sobre todo en la parte de impacto, quizás con un foco en lo social. “Además, el resto de la gama de fondos podría ir incluyendo más metodología ASG, aunque siempre con la idea de que va a seguir siendo necesario tener un universo amplio en el que las propias  compañías sean las que vayan haciendo la transición”. Por último, destaca la relevancia de contar con dos fondos solidarios, que ceden una parte de su comisión de gestión a valiosos proyectos de distintas organizaciones.