Activos privados: un mercado de oportunidades cuyos riesgos se deben entender bien

Elena Hita

El actual cierre del grifo bancario al calor del encarecimiento de la financiación por la subida de tipos de interés abre una gran oportunidad para vehículos alternativos que inyectan capital al tejido empresarial, como son los fondos de private equity o los de deuda privada.

En palabras de Leonardo Fernández, Head of Iberia en Schroders, “en los años de incertidumbre es cuando mejores rentabilidades se consiguen a través del mercado privado. Si se observan los análisis, siempre que ha habido recesión, los años donde se empieza a buscar o levantar capital para invertir en los siguientes dos años son las añadas con mejores rentabilidad”, afirma en la I edición del I Think Tank AlterForum organizado por FundsPeople para analizar las perspectivas el mercado privado en España.

Un universo de 210 millones de empresas no cotizadas

Fernández continúa explicando que la principal razón es “que el mercado de capitales tradicional muchas veces se cierra y, al final, para activos privados es mucho más fácil encontrar oportunidades porque hay menos players pudiendo invertir”.

Oportunidades a largo plazo

En un horizonte temporal amplio, Schroders ve valor en cinco temáticas con independencia del tipo de instrumento de inversión. La primera tiene que ver con el medioambiente y la descarbonización, ya que “el capital privado es fundamental para atender a la ingente cantidad de inversiones requeridas y que los gobiernos por sí mismos no pueden asumir”; la segunda está relacionada con la “revolución tecnología”, más allá de la tradicional y aplicada a otros sectores y donde el private equity acumula largo recorrido; la tercera, estilos de vida y cómo cambian las necesidades en las próximas décadas según las distintas generaciones; cuarta, envejecimiento poblacional, el cual influye en sectores como el real estate, salud o infraestructuras; y, la quinta, crecimiento de los mercados emergentes.

Para satisfacer estas megatendencias hay un universo de 210 millones de empresas no cotizadas que, para el Head of Iberia de Schroders, son las más indicadas para liderar estos cambios ya que son “compañías más incipientes que aprovechan unas oportunidades que las grandes muchas veces no se pueden permitir por la presión de los accionistas en la consecución de resultados trimestrales”, lo que, según Fernández, está haciendo que el segmento de las cotizadas, representadas por unas 40 millones de empresas, sea “cada vez es menor”.

Evolución del producto

A nivel de producto, el directivo distingue entre el cliente institucional y el de wealth. En el caso de los primeros, en los últimos 20 años se ha evolucionado desde soluciones muy diversificadoras por región y sector como los fondos de fondos, para pasar a opciones primarias con fondos más pequeños y, ahora, “quiere decidir en qué compañías invertir con nosotros, más allá de los vehículos. Es decir, coinvertir”.

Con respecto al cliente wealth, “se abre la caja de pandora, aunque en España el private equity lleva operando muchos años y ya hay estructuras que llegan a cierto cliente de banca privada”. En su opinión, en el último lustro se ha producido una “explosión de soluciones” evergreen y estructuras fiscalmente atractivas como los FCR, SCR o los ELTIF.

Afirma que sea cual sea el perfil del inversor, el reto de la industria “es transmitir el mensaje de que este producto no es para todos” y, en el caso concreto del retail, este “necesita asesoramiento, tal y como ha indicado la CNMV, y ofrecer soluciones para todo el mundo a largo plazo puede llevarnos al fracaso. Hay mucha necesidad de pedagogía”, insiste en alusión a que los vehículos del mercado privado son ilíquidos, aunque en ocasiones haya ventanas de liquidez.

En este sentido, Leo Fernández recuerda que el rol de los asesores financieros es comunicar las ventajas y los riesgos de esta modalidad de inversión.

Elena Hita

El actual cierre del grifo bancario al calor del encarecimiento de la financiación por la subida de tipos de interés abre una gran oportunidad para vehículos alternativos que inyectan capital al tejido empresarial, como son los fondos de private equity o los de deuda privada.

En palabras de Leonardo Fernández, Head of Iberia en Schroders, “en los años de incertidumbre es cuando mejores rentabilidades se consiguen a través del mercado privado. Si se observan los análisis, siempre que ha habido recesión, los años donde se empieza a buscar o levantar capital para invertir en los siguientes dos años son las añadas con mejores rentabilidad”, afirma en la I edición del I Think Tank AlterForum organizado por FundsPeople para analizar las perspectivas el mercado privado en España.

Un universo de 210 millones de empresas no cotizadas

Fernández continúa explicando que la principal razón es “que el mercado de capitales tradicional muchas veces se cierra y, al final, para activos privados es mucho más fácil encontrar oportunidades porque hay menos players pudiendo invertir”.

Oportunidades a largo plazo

En un horizonte temporal amplio, Schroders ve valor en cinco temáticas con independencia del tipo de instrumento de inversión. La primera tiene que ver con el medioambiente y la descarbonización, ya que “el capital privado es fundamental para atender a la ingente cantidad de inversiones requeridas y que los gobiernos por sí mismos no pueden asumir”; la segunda está relacionada con la “revolución tecnología”, más allá de la tradicional y aplicada a otros sectores y donde el private equity acumula largo recorrido; la tercera, estilos de vida y cómo cambian las necesidades en las próximas décadas según las distintas generaciones; cuarta, envejecimiento poblacional, el cual influye en sectores como el real estate, salud o infraestructuras; y, la quinta, crecimiento de los mercados emergentes.

Para satisfacer estas megatendencias hay un universo de 210 millones de empresas no cotizadas que, para el Head of Iberia de Schroders, son las más indicadas para liderar estos cambios ya que son “compañías más incipientes que aprovechan unas oportunidades que las grandes muchas veces no se pueden permitir por la presión de los accionistas en la consecución de resultados trimestrales”, lo que, según Fernández, está haciendo que el segmento de las cotizadas, representadas por unas 40 millones de empresas, sea “cada vez es menor”.

Evolución del producto

A nivel de producto, el directivo distingue entre el cliente institucional y el de wealth. En el caso de los primeros, en los últimos 20 años se ha evolucionado desde soluciones muy diversificadoras por región y sector como los fondos de fondos, para pasar a opciones primarias con fondos más pequeños y, ahora, “quiere decidir en qué compañías invertir con nosotros, más allá de los vehículos. Es decir, coinvertir”.

Con respecto al cliente wealth, “se abre la caja de pandora, aunque en España el private equity lleva operando muchos años y ya hay estructuras que llegan a cierto cliente de banca privada”. En su opinión, en el último lustro se ha producido una “explosión de soluciones” evergreen y estructuras fiscalmente atractivas como los FCR, SCR o los ELTIF.

Afirma que sea cual sea el perfil del inversor, el reto de la industria “es transmitir el mensaje de que este producto no es para todos” y, en el caso concreto del retail, este “necesita asesoramiento, tal y como ha indicado la CNMV, y ofrecer soluciones para todo el mundo a largo plazo puede llevarnos al fracaso. Hay mucha necesidad de pedagogía”, insiste en alusión a que los vehículos del mercado privado son ilíquidos, aunque en ocasiones haya ventanas de liquidez.

En este sentido, Leo Fernández recuerda que el rol de los asesores financieros es comunicar las ventajas y los riesgos de esta modalidad de inversión.

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